POR: ANGÉLICA ESPINOZA ORTIZ
Solemos pensar: “Ya se me va a pasar”, “estoy estresado(a)”, “es algo pasajero”, “no es para tanto”, y simplemente dejamos que pase. Sin embargo, es importante entender que la depresión pasa por etapas, y no debemos permitir que avance hacia la fase más intensa o complicada. Te explicaré cómo puedes superarla.
¿Cómo detectarlo? A continuación, te presento una lista de síntomas que pueden ocurrir cuando una persona está atravesando un episodio depresivo. Recuerda que, como mencioné antes, esto no es algo que se quedará contigo toda la vida; es un cambio en el estado de ánimo que podemos superar.
- Pérdida de la capacidad de interesarse y disfrutar de las cosas.
- Disminución de la vitalidad en relación al nivel de actividad y cansancio exagerado.
- Pérdida de confianza en uno mismo y sentimientos de inferioridad.
- Pensamientos de culpa y creer que no sirves para nada.
- Dificultades para dormir (insomnio o somnolencia excesiva).
- Pérdida del apetito o cambios en los hábitos alimenticios.
- Pensamientos y actos suicidas.
Para diagnosticar un episodio depresivo, es necesario presentar más de tres de estos síntomas y que hayan permanecido durante un par de semanas. En casos de síntomas más severos, se puede considerar un diagnóstico en menos tiempo.
Los adultos deben tener en cuenta que, en niños y/o adolescentes, los síntomas de depresión pueden confundirse con otros problemas de conducta o físicos. Algunas características a observar incluyen un estado de ánimo irritable o malhumorado, preocupación excesiva, pérdida de interés en deportes, videojuegos y actividades con amigos, dificultad para mantener un peso saludable (anorexia o bulimia), quejas frecuentes sobre problemas físicos (como dolor de cabeza o estómago), descuidar el sueño por mirar televisión o redes sociales, resistencia a levantarse para asistir a la escuela, hablar sobre huir de casa, aburrimiento persistente y bajo rendimiento escolar.
Es importante recordar que los jóvenes que presentan depresión a menudo tienen otros trastornos psiquiátricos. En algunos casos, pueden utilizar estos comportamientos para manipular a padres, parejas o cuidadores con el fin de obtener algo. Por ello, es fundamental actuar con cuidado y, preferiblemente, tratar estos problemas con especialistas para abordarlos de manera adecuada.