POR: EDGARD NORBERTO “BETO” LAJO PAREDES
En la Asamblea Constituyente de 1978, estuvieron representadas las tres tendencias ideológicas, por tercios: la derecha, con sus matices liberal y conservadora; el Aprismo multigeneracional, presidido por el fundador Haya de la Torre (primera vez lo dejaron ocupar cargo público), flanqueado por cofundadores (Sánchez, Prialé), líderes de promociones intermedias (Townsend, Biaggi, Melgar, Ramos), y jóvenes (García y Roca); y, el espectro comunista en todas sus facetas (moscovita, pekinés, stalinista, trotskista, proalbanés, etc.). Esta triada política predominó en la década del ochenta, durante los gobiernos de Fernando Belaúnde (1980-1985) y Alan García (1985-1990), primer aprista en llegar a la Presidencia de la República.
En los noventa, irrumpieron en el quehacer político nuevos actores: los industriales emergentes (Máximo San Román, Julián Bustamante), micros y pequeños empresarios, evangélicos, nietos de inmigrantes (chinos, japoneses) y otros, quienes, liderados por Alberto Fujimori, llegaron al Poder Ejecutivo y al Poder Legislativo. Con la metamorfosis fujimorista, del golpe de Estado (05 de abril), ingresaron al escenario público los creyentes en la economía de mercado, denominados neoliberales, de posición anti Estado intervencionista. En esta década se recompuso las tendencias: de ser tres tercios, se incrementó a cinco quintos: conservador, liberal, fujimorista, aprista y comunista (incluye todos los ismos).
En la primera década del siglo XXI, emergió otro nuevo actor político, el exitoso académico Alejandro Toledo, de lustrabotas a Harvard, de economista a presidente de la República; aglutinó a profesionales respetables, oxigenó la gestión pública, trajo frases: “fujimorismo sin Fujimori”, “banca de segundo piso” y “a gobernar con la derecha y repartir con la izquierda”. Siendo presidente, emuló a Fernando Belaúnde (convocó elecciones municipales, restituyendo la democracia local, en sus dos gobiernos: 1963-1968 y 1980-1985). Toledo convocó a elecciones regionales (2002) para retomar la institucionalidad departamental, eligiéndose, por primera vez directamente por los ciudadanos, a los presidentes regionales, ahora Gobernadores Regionales. En esta década, el generoso pueblo peruano le dio una segunda oportunidad a Alan García y al Partido Aprista (2006-2011), gobernando con eficiencia, resultados y respeto a la Constitución.
Del 2011 al 2021, insurge Ollanta Humala, con un neonacionalismo neovelasquista, instalándose en el país el péndulo económico, por el cual, un tiempo rige la economía abierta; luego, se establece o agita aspectos de economía estatista, así sucesivamente; reemplazando al otrora péndulo político de alternancia de gobiernos dictatoriales y democráticos, habidos en la pasada centuria. A diferencia de estos 25 años del siglo XXI, de democracia, elecciones generales en plazos constitucionales, sucesiones populares del poder político, sin ninguna interrupción del régimen democrático.
En esta segunda década, en las elecciones del 2016, se dio un hecho nunca visto en el país: dos candidatos de derecha (Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski) pasaron a segunda vuelta electoral. Ambos son neoliberales, se identifican con la Constitución de 1993 y le dan preeminencia al sector privado como motor de la economía. Sin embargo, se enfrentaron enconadamente en el tramo del balotaje, utilizando frases con carga ofensiva: “la hija de ladrón también es ladrona” (Kuczynski); “cómo has cambiado, pelona” (Fujimori). Tal confrontación continuó entre la Presidencia de Pedro Pablo y el Congreso, con mayoría absoluta, controlada por la señora Keiko; provocando severa crisis política, de renuncias y vacancias presidenciales, disolución del Congreso de la República por la inventada “negación fáctica”; crisis prolongada hasta hoy.
Esta tercera década: por primera vez, un profesor (Pedro Castillo) de escuela rural asumió la Jefatura de Estado; por un mensaje golpista, fue vacado. Por primera vez, una mujer (Dina Boluarte) jura como presidenta; tiene una desaprobación ciudadana, casi del 100 %. El Congreso (2021-2026), integrado, de un lado, por militares de alta graduación: generales y almirantes (Williams, Chiabra, Montoya, Cueto), combatieron al criminal Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso; del otro lado, ciudadanos investigados por vínculos con los grupos terroristas (Guillermo Bermejo, Guido Bellido). Ha surgido otra irreconciliable pugna dentro de la izquierda estatista, entre cerronistas y caviares.
La situación es de fragmentación en 43 partidos, sin voluntad de consenso ni capacidad de liderazgo, descendiendo a subtendencias pseudoideológicas confusas y diluyentes.