Jorge del Castillo, líder aprista y ex presidente del Consejo de Ministros durante el segundo gobierno de Alan García, analiza el actual escenario político del país con mirada crítica y experiencia de gestión. En esta entrevista, advierte sobre los riesgos de una eventual vacancia presidencial, cuestiona el bajo liderazgo del Ejecutivo frente a la inseguridad ciudadana y denuncia la improvisación en los nombramientos ministeriales. Además, lanza una advertencia directa: el Perú está desaprovechando condiciones económicas externas inmejorables por falta de visión y estrategia.
¿Cómo califica usted el desempeño de Gustavo Adrianzén como presidente del Consejo de Ministros frente a la inseguridad ciudadana?
Mire, yo creo que Adrianzén no es la persona idónea para encarar una crisis tan grave como la que vivimos. La responsabilidad política general es suya, sí, pero el manejo específico de seguridad es del ministro del Interior. Acaban de cambiar al titular y no se le puede juzgar todavía. Pero no podemos ignorar que la inseguridad ha escalado: según el INEI, solo en 2023 se registraron más de 170,000 denuncias por delitos contra el patrimonio, y eso habla de una crisis sin control.
¿Qué consecuencias tendría una vacancia presidencial en este momento?
Sería desastroso. Si vacan a la presidenta, asume el presidente del Congreso y ya se habla de formar un gabinete parlamentario. Imagínese usted a César Acuña nombrando cinco ministros, a José Luna colocando cuatro más… eso sería desmantelar cualquier intento de gestión técnica. Yo no estoy dispuesto a apoyar ese salto al vacío.
¿Usted calificaría a este gobierno como una mala gestión?
Sin duda. Y lo peor es que tenemos condiciones externas favorables que no se están aprovechando. Cuando fui premier en 2006, con Alan García, el país crecía a un ritmo de 8 % o 9 % anual, y el precio del oro estaba mucho más bajo. Hoy el oro supera los 3,000 dólares, pero el crecimiento apenas llega al 1.2 %. El problema no es la economía global, es la conducción interna.
¿Está el Congreso usando la interpelación como estrategia electoral?
Claro que sí. Muchos ya están soltando amarras, pensando en las elecciones. Hay congresistas que antes ganaban sueldo mínimo y hoy ganan 20,600 soles al mes. ¿Usted cree que no van a hacer lo que sea para conservar eso? Es parte del cálculo político que se ve cada vez que se acercan comicios.
¿Qué opina de la reelección parlamentaria recientemente aprobada?
No estoy en contra de la reelección, en política se necesita continuidad. Pero la pregunta es: ¿reelegir a quién? ¿A los “niños”? ¿A los implicados en escándalos? El pueblo no es tonto. Yo creo que esta reelección va a servir para limpiar al Congreso, no para perpetuarlo.
¿Improvisación en los nombramientos del Ejecutivo?
Totalmente. Mire el caso de Lesly Urteaga en el MIDIS, o incluso a ministros como Morgan Quero, que se despachó con frases como “¡Viva el autismo!”… eso no es serio. Cuando fui premier, nombramos a Lucho Carranza en Economía y a Julio Velarde en el BCR. Ambos sin vínculo partidario. Hoy, Velarde sigue en el cargo y es símbolo de la estabilidad monetaria.
¿El Perú está desperdiciando su actual contexto económico?
Claro que sí. Tenemos precios altísimos en los minerales y preferencias arancelarias en sectores como el textil. Pero en vez de invertir y crecer, el Congreso pierde el tiempo en temas anecdóticos. Las exportaciones no tradicionales cayeron 3.5 % en 2023. ¿Dónde está la planificación? ¿Dónde está la visión?
¿Cuál es su propuesta concreta para combatir la inseguridad ciudadana?
Yo creo en una política de Estado en seguridad, no en parches. No se trata de sacar al Ejército a la calle y transmitir en vivo desde un “cuarto de guerra”. Se necesita un comando único, presupuesto, inteligencia operativa y decisión política. Bukele no es un modelo perfecto, pero tuvo voluntad. Aquí falta eso. Ayer mismo hubo un tiroteo en la avenida Venezuela, y eso no se resuelve con más cámaras, sino con estrategia.