Tras la ponencia organizada por la Federación de Organizaciones Agrarias y Productivas de Islay (Foapia), en la que se planteó el uso de aguas subterráneas para consumo humano y agrícola como solución al déficit hídrico en la provincia, el arquitecto Adán Pacheco cuestionó la viabilidad técnica de esta propuesta.
El especialista indicó que, si bien existen acuíferos en la provincia de Islay, su aprovechamiento podría resultar contraproducente debido al alto contenido de salitre presente en el subsuelo. “El problema es que se estaría optando por lo más fácil: bombear agua a poca profundidad. Es cierto que extraer agua de un metro es económico, pero no es sostenible ni seguro. El agua podría salinizar las tierras agrícolas”, advirtió.
Pacheco precisó que, aunque el costo principal del proyecto recaería en la instalación de la línea de impulsión, el verdadero riesgo sería el daño a largo plazo en la calidad del suelo, afectando gravemente a los productores de la zona.
En ese sentido, exhortó a que se aborde el problema del recurso hídrico con una visión técnica y multisectorial. “Es necesario convocar a profesionales que conocen el tema. Por ejemplo, la señorita Marilú Marroquín ha realizado estudios al respecto y es una voz autorizada para orientar soluciones viables y sostenibles”, señaló.