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Cuarentena bamba

Nos queda el sinsabor que las algunas medidas, como la que analizamos, son inoportunas, inadecuadas y trasnochadas. Las autoridades públicas que son como los generales en la guerra, se equivocan y cometen errores.

POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS   

La provincia de Ilo ha sido declarada como zona de riesgo extremo y ello implica en centros comerciales, restaurantes, tiendas, centros de deporte y esparcimiento, recorte del tránsito vehicular e inmovilización social obligatoria.

La decisión tomada ha sido cuestionada por diferentes organizaciones sociales, empresariales y personajes públicos debido a que, si bien en los primeros días del mes de enero la letalidad y contagio se elevó exorbitantemente, en los últimas semanas del mes del mismo mes y los primeros de febrero estas bajaron drásticamente a tal extremo que las autoridades de salud y el Alcalde provincial se pronunciaron que Ilo no debería estar  en emergencia extrema, que lo que debería hacerse es intensificar las medidas de prevención y la implementación efectiva de los centros de salud; en segundo lugar, dar paso a la reactivación económica debido al desempleo, carencia de ingresos de gran parte de la población.

El pedido de la Cámara de Comercio e Industria de Ilo, el CODELPI y gremios micro empresariales es que se revalúe la medida y se dicte otra más adecuada a la realidad sanitaria y económica de la provincia. Añadimos que la provincia tiene actividades normales que se aperturaron en la II fase como es el caso de las minero-metalúrgicas, carga y descarga de los puertos, plantas de generación eléctrica, obras públicas de construcción, transporte de combustible, servicios bancarios y financieros entre otros (Véase cuadro). Ellas con cuarentena o sin ella seguirán activas.

Adversamente, las micro empresas de servicios, manufactura, comercio, restaurantes, hotelería se ven afectadas contundentemente, al no poder vender se les quita la posibilidad de generar ingresos. Recordemos además que un 70% de la población que trabaja es informal y vive el día a día (Véase cuadro), es el sector más golpeado por la pandemia, no ofertan y no reciben ningún tipo de bono ni créditos. La expresión de cómo está la población que lucha por sobrevivir es la recreación de nuevos comedores populares para organizadamente enfrentar el hambre y la miseria.

Empresarialmente el diagnóstico de la paralización de las actividades no abarca a la gran empresa, la mediana, la pequeña empresa. Si lo abarca al sector Mypes que depende del mercado interno y todos los emprendedores que están tratando de reconvertirse en servicios que la población necesita como los delivery, vehículos urbanos e interurbanos, tiendas y supermercados, minoritas y mayoristas, etc. Entonces estamos en una zona declarada de alta emergencia o en cuarentena extrema “bamba” o “hechizo” porque afecta a los más empobrecidos, golpeados y marginados.

Nos queda el sinsabor que las algunas medidas, como la que analizamos, son inoportunas, inadecuadas y trasnochadas. Las autoridades públicas que son como los generales en la guerra, se equivocan y cometen errores. Es de seres humanos equivocarse, pero cuando estas se repiten consecutivamente pierden credibilidad. Para recuperar la confianza hay que enmendarse, corregirse.

La salida es cambiar de zona extrema a otra de menor restricción, seguir insistiendo en el uso del barbijo, mascarilla, lavado de manos, evitar las aglomeraciones y por supuesto seguir dotando de medios, equipos, insumos a los hospitales de la localidad y la región. No permitamos que la pandemia nos quite la vida y las fuentes de trabajo.

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