A propósito de los hechos de corrupción en el contexto de la actual pandemia por COVID-19 comparto con ustedes un extracto de la carta del conquistador español Mansio Sierra de Leguizamón fechada en el Cusco en 18 de setiembre de 1589:
«(…) por lo que toca al descargo de mi alma, a causa de haber yo sido mucha parte en el descubrimiento y conquista y población de estos Reinos, cuando los quitamos a los que eran señores incas que los poseían y regían como suyos, y los pusimos debajo de la Real Corona, que entienda su Majestad Católica, que hallamos estos Reinos de tal manera, que los dichos Incas los tenían gobernados de tal manera, que en todos ellos no había un ladrón, ni hombre vicioso, ni holgazán, ni una mujer adúltera, ni mala, ni se permitía entre ellos, ni gente de mal vivir en lo moral, que los hombres tenían sus ocupaciones honestas y provechosas (…) cada uno conocía y tenía su hacienda, sin que otro ninguno se la ocupase, ni tomase (…).
Que entienda su Majestad, que el intento que me mueve a hacer esta relación, es por el descargo de mi conciencia, y por hallarme culpado en ello, pues habríamos destruido con nuestro mal ejemplo gente de tanto gobierno, como eran estos naturales, y tan ajenos de cometer delitos (…) tanto que el Indio que tenía cien mil pesos de oro y plata en su casa, y otros Indios, le dejaban abierta, puesta una escoba, o un palo pequeño, atravesado en la puerta por seña, que no estaba allí su dueño, y con esto según su costumbre, no podía entrar nadie dentro, ni tomar cosa de las que allí había, y cuando ellos vieron que nosotros poníamos puertas y llaves en nuestras casas, entendieron que era de miedo de ellos, porque no nos matasen, pero no porque creyesen que ninguno hurtase, ni tomase otro su hacienda, y así cuando vieron que había entre nosotros ladrones, y hombres que incitaban a pecado a sus mujeres, e hijas, nos tuvieron en poco».
¿Qué reflexiones te suscitan esta lectura?