Los créditos Agro Quellaveco están cambiando las historias del campo en Moquegua. Ahí donde había desesperanza ahora hay optimismo. Estos préstamos, a tasas de interés muy bajas, son semillas que germinan con el esfuerzo de los agricultores, que florecen y dan buenos frutos, como es el caso de Francisco Peñaloza, Alfonso Catari, René Ventura y Leonor Mamani. Ahora, gracias a un aporte adicional de Anglo American, el fondo para los créditos Agro Quellaveco creció a 10 millones de soles y permitirá atender a más productores moqueguanos.
Francisco Peñaloza Mamani, es un agricultor que llegó de Carumas y se asentó en las Pampas de San Antonio donde tiene tres hectáreas de uva de mesa. Con la pandemia perdió su mercado y cuando parecía que lo perdería todo, obtuvo un préstamo de Agro Quellaveco que le permitió tecnificar sus viñedos, reduciendo costos e incrementado la productividad. “Compré tuberías, llaves para riego, fertilizantes, un tractor y hasta una fumigadora industrial. Antes me demoraba tres días en fumigar todo, pero ahora lo hago en tres horas” cuenta orgulloso.
Estos créditos Agro Quellaveco se entregan a través de la Cooperativa Santa Catalina y pueden invertirse en compra de ganado, fertilizantes, insumos, equipos y la instalación de riego tecnificado. A la fecha, este fondo rotatorio ha permitido entregar créditos a 430 productores por un monto de hasta 35 millones de soles, favoreciendo la producción en más de mil 300 hectáreas y generando 40 mil jornales de trabajo. La inclusión de mujeres ha sido importante en los préstamos, ya que el 40% de ellos fue entregado a mujeres trabajadoras del campo. Muchas de ellas accedieron por primera vez al sistema crediticio.
Leonor Mamami es también una productora de uvas, del sector La Rinconada, en el valle de Moquegua. “Con la guerra en Ucrania ya no llegaban fertilizantes. Nuestras cosechas se iban a perder sin estos abonos. Pero gracias al crédito de Agro Quellaveco pude comprar fertilizantes y salvar mi producción. Ahora saco unas 40 toneladas de uva sin pepa de mis dos hectáreas, que vendo a los mercados de Juliaca, Desaguadero, Tacna y Arequipa” relata. Gracias a los buenos resultados pudo amortizar su crédito y acceder a nuevos préstamos.
“El fondo Agro Quellaveco, que nació en pandemia con un aporte inicial de 5 millones de soles, para entregar recursos frescos al campo, en una coyuntura tan difícil, creció hace un año con un nuevo aporte de 2 millones de soles. Hace poco anunciamos un aporte adicional de 3 millones de soles con lo que el fondo crece a 10 millones” explica Alejandro Justiniano, gerente de Desarrollo Social de Anglo American.
Alfonso Catari utilizó este crédito para implementar una casa malla en su parcela, que es un cobertizo parecido a un invernadero, donde cultiva pepinillo. Este fitotoldo gigante crea condiciones de clima especiales para producir todo el año y evita el ingreso de insectos y plagas, lo que incrementa su productividad. Su producción abastece el mercado local. “Me ha ido bien con esta forma de cultivar y mis clientes reconocen la calidad del producto, lo que se traduce en mejores precios” comenta.

Parecido es el caso de René Ventura, quien cultivaba tomates a campo abierto, pero con baja rentabilidad ya que sus cultivos eran atacados por plagas. Se hizo un préstamo de Agro Quellaveco e implementó toldos para cubrir sus plantaciones, tecnificó el riego, compró abonos y hasta un minitractor. “Tenemos menores costos de producción y hemos incrementado la productividad, obteniendo tomates de excelente calidad” comenta.
Estas historias de éxito demuestran que la apuesta de Anglo American por la agricultura moqueguana viene dando buenos frutos, al punto que han llegado a Moquegua funcionarios de otras entidades bancarias con el interés de replicar este exitoso modelo. Los agricultores han demostrado ser buenos pagadores, y estos créditos en la mayoría de casos los ha insertado en el mercado financiero, lo que los convierte en sujetos de crédito de la banca comercial.


