Corrupción y gobernabilidad: ¿qué cambiará en el próximo gobierno regional de Arequipa?
24 C
Moquegua
17.5 C
Ilo
24 C
Omate
19 C
Arequipa
17.7 C
Mollendo
5 junio, 2025 11:36 am

Corrupción y gobernabilidad: ¿qué cambiará en el próximo gobierno regional de Arequipa?

La región Arequipa, pese a su potencial industrial, agroexportador y turístico, no logra despegar.

POR: GUSTAVO PUMA CÁCERES (gpumacac@unsa.edu.pe)

Arequipa, la orgullosa «Capital Jurídica del Perú», enfrenta una dolorosa paradoja. Mientras enaltece su tradición de honor y ley, su clase política ha sido recurrentemente salpicada por escándalos de corrupción, erosionando la confianza de la ciudadanía. A puertas de las elecciones regionales 2026, la corrupción y la falta de gobernabilidad plantean un interrogante crucial: ¿Esta vez habrá un cambio real o simplemente repetiremos el ciclo de desilusión? ¿Los candidatos ofrecerán soluciones concretas o perpetuarán los vicios del pasado? ¿O serán los mismos candidatos de siempre que postulan por tercera o cuarta vez?

  1. EL LEGADO DE CORRUPCIÓN EN AREQUIPA

Arequipa ha sido escenario de graves casos de corrupción que han erosionado la confianza en sus autoridades. Entre los más destacados se encuentran: La Centralita (2018), interceptaciones telefónicas revelaron presuntas negociaciones ilegales entre funcionarios y empresarios; sobrecostos en obras (2020), proyectos como la Vía de Evitamiento y hospitales registraron gastos muy por encima del presupuesto inicial, sin justificación alguna; contrataciones cuestionadas (2024), adquisiciones irregulares en la gestión pública generaron nuevas sospechas de malversación.

Estos escándalos han profundizado la desconfianza ciudadana hacia las instituciones. Según Latinobarómetro, Perú es uno de los países con mayor percepción de corrupción en América Latina. A ello se suma el retraso en obras clave debido a las prolongadas investigaciones judiciales.

  1. GOBERNABILIDAD EN CRISIS: ¿POR QUÉ AREQUIPA NO AVANZA?

La región Arequipa, pese a su potencial industrial, agroexportador y turístico, no logra despegar. El problema principal no es la escasez de recursos, sino una crisis crónica de gobernabilidad, evidenciada en:

Las pugnas políticas recurrentes entre el gobernador regional y el consejo regional, que entorpecen la ejecución presupuestal.

La inestabilidad institucional, con rotación constante de funcionarios debido a investigaciones judiciales.

Los presupuestos subejecutados sistemáticamente, año tras año.

Las obras emblemáticas paralizadas por casos de corrupción o falta de capacidad técnica.

Expertos señalan soluciones. Carlos Rivera (abogado de Proética): “Arequipa necesita un sistema de meritocracia en la contratación pública y veedurías ciudadanas robustas para garantizar transparencia.”

Y María Fernández (analista política): “Los partidos tradicionales insisten en los mismos nombres; urge una renovación con candidatos independientes que prioricen el interés público.”

  1. ¿QUIÉNES PODRÍAN LIDERAR EL CAMBIO REGIONAL EN AREQUIPA?

En el actual escenario político, Arequipa enfrenta un panorama complejo con 41 partidos políticos registrados, lo que plantea un desafío para identificar líderes capaces de impulsar una verdadera transformación. La disyuntiva se centra en varios actores clave:

Independientes vs. partidos tradicionales y emergentes: ¿Veremos el surgimiento de nuevos rostros con propuestas frescas o prevalecerán los mismos actores de siempre? Los candidatos independientes han ganado terreno en los últimos años, aprovechando el descontento con la política tradicional. Sin embargo, los partidos consolidados aún manejan estructuras y recursos que les dan ventaja.

Candidatos técnicos: Profesionales con gestión probada son una alternativa que genera expectativa. Son los perfiles sin trayectoria política, pero con experiencia en gestión pública o privada. Este perfil podría ofrecer soluciones basadas en eficiencia y capacidad técnica, alejándose de las prácticas clientelistas.

Coaliciones anticorrupción: La ciudadanía clama por opciones transparentes. ¿Lograrán sectores civiles, académicos y organizaciones sociales unirse para presentar una alternativa limpia y con credibilidad? Una alianza de este tipo podría capitalizar el rechazo generalizado hacia la corrupción, pero su éxito dependerá de su capacidad de organización y unidad.

El futuro de Arequipa se definirá entre la renovación y el continuismo. Los electores no solo deberán evaluar las promesas de los candidatos, sino también su historial, coherencia y autonomía. La demanda de transparencia, eficiencia y nuevos liderazgos es evidente; sin embargo, queda por verse si la clase política estará a la altura de las circunstancias.

Arequipa ya no puede soportar otro gobierno regional plagado de corrupción e ineficacia. Las elecciones del 2026 deben convertirse en un punto de inflexión: una oportunidad para exigir gestión técnica, rendición de cuentas claras y compromisos tangibles. La ciudadanía, los medios y las organizaciones civiles tienen la responsabilidad de mantenerse alertas, asegurándose de que los candidatos no se limiten a discursos, sino que rindan resultados.

La pregunta final es clara: ¿Los arequipeños votarán por el mismo establishment o darán paso a una nueva forma de hacer política?

Análisis & Opinión