POR: CÉSAR A. CARO JIMÉNEZ
Quiero creer que las últimas declaraciones del gerente del gobierno regional en torno a la problemática del terminal de ENAPU Perú en Ilo, hechas por mi buen amigo don Hugo Espinoza Palza, obedecen más al deseo de crear una cortina de humo respecto a su responsabilidad en cuanto la contratación del secretario general del partido Perú Primero, César Figueredo Muñoz, hoy envuelto en líos de faldas y recomendaciones de alto vuelo, porque de no ser así, sus opiniones respecto al terminal portuario serían muestra cabal de desconocimiento, un pecado mayor en su caso dado el cargo que ocupa, por lo que me permito recomendarle que revise las normas relacionadas, específicamente en cuanto a la calificación de los puertos, el cabotaje y la falta de ideas y/o voluntad para no seguir corriendo en el mismo lugar respecto a las posibilidades del desarrollo integral tanto de Ilo, como del departamento y la región macro sur.
Quizás entonces se percataría que la problemática portuaria de Ilo no es tan simple como para creer que la solución plus ultra estaría en la concesión del puerto.
Que la problemática tiene muchas aristas y posibilidades no solo de índole local, regional o nacional, sino también mundial.
Que querámoslo o no, la ubicación de Ilo y sus posibilidades de desarrollo en el marco geopolítico mundial podrían ser inmensas, siempre y cuando las autoridades tanto regionales y nacionales, conjuntamente con representantes idóneos de la sociedad civil y las grandes empresas de la zona, impulsen un espacio similar al de una mesa de diálogo que permita analizar y/o esbozar todas las posibilidades con total trasparencia e información técnica especializada, muy lejos de la demagogia y los acuerdos venales que habitualmente se hacen “por debajo de la mesa”.
“Acuerdos” que en líneas generales no consideran la geopolítica de la problemática portuaria y la rivalidad entre China y otros estados occidentales que ha cobrado una gran relevancia en la arena internacional en los últimos años. China ha invertido enormes sumas de dinero en la construcción y adquisición de puertos en diferentes regiones del mundo, como parte de su estrategia de expansión económica y política a nivel global.
Esta expansión ha generado preocupación en algunos países occidentales, que ven en la creciente presencia china en el ámbito portuario una amenaza para sus propios intereses geopolíticos y comerciales. La rivalidad entre China y estos estados se ha intensificado en torno a la competencia por el control de rutas marítimas estratégicas y el acceso a recursos naturales en diferentes regiones.
Además, la adquisición de puertos por parte de China ha levantado interrogantes sobre posibles implicaciones en materia de seguridad nacional y de control de flujos comerciales y logísticos a nivel mundial. Algunos expertos consideran que la expansión portuaria china podría tener consecuencias tanto positivas como negativas para la estabilidad geopolítica global, problemática que muy bien podría beneficiar a Ilo y a todo el sur del Perú.
¿Cómo así? Logrando en una primera instancia que todas las grandes empresas situadas en la región Moquegua como sus autoridades contribuyan vía convenios, contratos o el instrumento legal que consideren conveniente, a que una institución de prestigio en el ámbito portuario a nivel mundial haga un estudio sobre las posibilidades reales de desarrollo portuario en la costa sur del Perú, dejando de lado tanto a los chauvinismos locales, como a los diletantes que se precian de conocer los temas portuarios, cuando lo cierto es que nadie tiene en el Perú, conocimientos e información plena.
En dicha mesa, tendrían que participar, aparte de las autoridades nacionales, regionales y provinciales ligadas con el tema, representantes técnicos de las municipalidades quienes conjuntamente con los funcionarios de las empresas, deberían en primer lugar precisar que el crecimiento se refiere al aumento en tamaño, cantidad o valor de una entidad, ya sea una empresa, una economía o incluso un ser vivo, en tanto que el desarrollo implica un cambio cualitativo y sostenible en la entidad, que se traduce en una mejora en la calidad de vida, la equidad y el bienestar de las personas.
Y que, si bien hay crecimiento sin desarrollo, es importante destacar que el crecimiento económico por sí solo no garantiza un desarrollo sostenible. Por ejemplo, un país puede experimentar un crecimiento económico significativo debido a la explotación desmedida de recursos naturales, pero esto no necesariamente se traducirá en un desarrollo equitativo y sostenible para toda la población. Por lo tanto, es fundamental que el crecimiento económico vaya de la mano con políticas y acciones que promuevan el desarrollo humano, social y ambiental, garantizando así un progreso sustentable a largo plazo, por lo cual las grandes empresas extractivas deberían comprometerse en un determinado lapso de tiempo a darle valor agregado a su producción, en el ámbito geográfico departamental.
Y lo más importante quizás: ¡Que estén representantes de Ferromex, empresa del Grupo México que opera la red ferroviaria más grande de México, con 10,000 km de vía cubriendo las principales zonas industriales y de consumo del país, conectando con el resto del mundo a través de 8 puertos y 6 cruces fronterizos!
Como también funcionarios de otra empresa del Grupo México: Southern Peru Copper Corporation que es la sucursal registrada de Southern Copper (SCC) en el Perú, recordando de paso que dicha empresa es una empresa norteamericana de dueños mexicanos inscrita en el estado de Delaware.
Por lo que muy bien, en medio de la creciente tensión geopolítica global, es importante reconocer el papel que dichas empresas podrían desempeñar en la creación de alianzas estratégicas que fortalezcan lazos políticos, económicos y comerciales, mediante la construcción de una vía férrea que conecte el puerto de Ilo en Perú con Santos en Brasil, pasando por Bolivia, que sería el proyecto clave para potenciar el desarrollo regional y promover la integración de mercados, infraestructuras (modernización del puerto de Ilo) y recursos naturales. Y la empresa llamada a hacerla y administrarla debería ser Ferromex. ¡Qué ganaría mucho más el Grupo México? Es cierto, pero ganaríamos todos, siempre y cuando sea un acuerdo integral que como en los países exitosos, permita el equilibrio entre los intereses privados y públicos en un plano de igualdad, para trabajar en conjunto en beneficio de la sociedad lo que permite una mayor estabilidad política, económica y social, así como una mayor prosperidad para todos sus habitantes.