El consejero regional Wilder Paredes realizó una visita inopinada a la obra del Malecón Ribereño el pasado 3 de octubre, donde detectó múltiples irregularidades que estarían afectando gravemente el avance del proyecto. Según el informe técnico elaborado tras la fiscalización, la obra presenta un avance físico de apenas 3.3%, cuando el cronograma establece que ya debería alcanzar el 17%.
Paredes señaló que durante su inspección no encontró al ingeniero residente, solo a la asistente de obra y a un administrativo, y constató que apenas tres personas estaban trabajando. Criticó la falta de personal técnico en una obra catalogada como tipo C, que exige la presencia de un ingeniero de calidad y especialistas en hidrología y medio ambiente, al tratarse de una infraestructura de defensa ribereña.
Asimismo, denunció el uso de concreto suministrado por la empresa Supermix sin control técnico adecuado, debido a la ausencia de un especialista encargado de tomar las muestras para verificar su calidad.
AVANCE CUESTIONADO Y MODIFICACIÓN SIN APROBACIÓN
El consejero también advirtió sobre inconsistencias en la valorización de los trabajos, señalando que se estarían utilizando partidas presupuestales adicionales sin la aprobación formal de la modificación del expediente técnico por parte de la supervisión.
Según afirmó, esta situación impide legalmente valorizar lo ya ejecutado. Finalmente, cuestionó las declaraciones del ingeniero residente, quien aseguró que el avance alcanzaba el 15%, cifra que —según Paredes— carece de sustento técnico y documental.