POR: ENRIQUE LAZO FLORES
Nuevamente el Congreso movió todas sus fichas para no aprobar el adelanto de elecciones, como lo planteó la Comisión de Constitución presidido por el motivador “Nano” Guerra García, y del otro lado el congresista Quito de la facción comunista.
Luego de esta asamblea fallida todo parece indicar que no hay nada más que hacer en este congreso, ya las cartas se jugaron ambos bandos y como epílogo a esta trama montado por los fujimoristas, solo queda entender de una vez por todas que nadie quiere irse del congreso, o sea no se quieren quedarse sin mamadera del estado.
Por un lado Dina Boluarte mantiene su tozudez de seguir en el cargo de Presidente, no por convicción que hace rato lo dejó de tener, sino, por presión del presidente del Gabinete que la tiene a su lado como una “ficha de cambio”, que solo será útil hasta que las cosas se calmen y se cumplan con la firma de los contratos ley que el pueblo reclama que no se firme, luego será una ficha sin valor, entonces Dina Boluarte tendrá que pararse delante de la justicia por los más de 60 muertes que mancharon el inicio de una “histórica” etapa de transición, en la historia de nuestro país, al tenerla como la primera mujer Presidente.
Como un último suspiro de esperanza se presentó y sustentó en la comisión de Constitución el proyecto de fechas en las que se podría llevar a cabo las elecciones, ni aun así se logró conseguir su aprobación, por lo tanto, todo quedó allí, los cuatro proyectos de adelanto de elecciones se enviaron al archivo y, “aquí no pasa nada”. Nadie se va, todos se quedan, todos felices, todos contentos. Mientras el pueblo en las calles sigue en su lucha, cantando sus estribillos de, “vamos pueblo carajo, el pueblo no se rinde carajo”, “cuanto cuestas cuanto vales, policía y si quieres yo te pago pero no dispares”, entre otras más,… haciendo sonar por todos lados van por las calles enfrentándose a los custodios del orden, los únicos que no ven son los medios de la prensa “mermelera” de Lima, quienes esconden lo que está pasando en las calles.
Mientras tanto, todo lo que venga de hoy para adelante, sobre todo por el pretexto de las bancadas de izquierda de condicionar el adelanto de elecciones con una pregunta para un referéndum sobre la convocatoria de una asamblea constituyente, ha dejado las puertas cerradas que el fujimorismo lo selló al no dar su brazo a torcer solo para no dar cabida a la Consulta, que finalmente es su “cuco”.
Esta actitud del congreso de negarse a adelantar las elecciones está produciendo una reacción en la clase opositora de la derecha e izquierda, ambos se culpan de esta negativa, pero lo cierto es que nadie quiere irse del congreso y pretenden quedarse hasta el fin del mandato para la cual fueron elegidos, sin importarles la situación que atraviesa el país. para eso si hubo consenso.
Mientras que el otro lado las movilizaciones amenaza agudizarse más con la convocatoria a un paro nacional que están realizando a partir del día 7 de febrero y ésta sería el inicio de una nueva etapa de movilizaciones, paros y huelgas, que podrían ser mucho más violentas que la anterior y, esta estrategia insurreccional, está claro, busca quebrar el Estado de Derecho para desembocar en una convocatoria a una constituyente que la mayoría no quiere.
El argumento de la izquierda son los contratos ley, sin embargo no explican a la población lo que significa esos contratos y son precisamente lo que ha permitido que el país mantenga una estabilidad económica social, desde que se dieron, poner en peligro en momentos en que las inversiones privadas crece, sería poner en el filo de la navaja esa estabilidad, que, podría ser revisadas y mejoradas creo que sería posible, nadie se opondría a eso, pero de allí a decir que la distribución de la riquezas se quede en el país, para el inversionista sería peligroso, ya que sería espantarlos.
Estas movilizaciones que son dirigidas a quebrar el estado de derecho, van a provocar más bloqueos de carreteras, y ello va permitir el desabastecimiento a las ciudades con el consecuente desmoronamiento del aparato productivo y poner en peligro la seguridad del país, como ya lo hemos visto, aeropuertos tomados, incendios de locales públicos y comisarías, atemorizando a la población, cientos de heridos y decenas de muertos, mientras las élites políticas discuten sobre, “me siento aludido y que retire tal o cual expresión”, es una muestra del desprecio que el parlamento muestra hacia la población que votó para que ellos mismos los representen.
Mientras que en el parlamento discuten, gran parte de la economía se va quedando paralizada como en el corredor minero de Las Bambas, quienes ya anunciaron paralizar toda actividad por falta de insumos y garantías para proseguir con su producción, los avances que venían dando a pesar de los conflictos que el año pasado agobió a este sector, están siendo destruidos por la violencia de hoy.
Allí se justifica la defensa de la Constitución del ´93, mantener la estabilidad económica y el Estado de derecho, es indiscutiblemente las herramientas constitucionales para seguir en el camino de esta estabilidad, que debe ser la columna vertebral en este proceso de transición, donde tanto la presidente de la Nación, Dina Boluarte, así como el Congreso de la República, como primer poder del estado, demuestren que si tienen voluntad política que es lo que hace falta, para asistir a un proceso de elecciones generales, que no solo legalice al próximo gobierno, sino, lo más importante, les de la legitimidad como representantes de este Perú que se desangra mientras por obra de los vándalos, delincuentes, e infiltrados, se trata de destruir.
Estamos en la hora cero, no queda otra que forjar la renuncia de Dina Boluarte, pese a que lo dijo en varias ocasiones que su renuncia no está en juego, pero el pueblo se desangra y solo depende de una voluntad política del ejecutivo y del Congreso, aunque parece que eso es mucho pedir, porque lo que se ha visto en los últimos días, es que en el Congreso no hallaron la fórmula para adelantar las elecciones, pero sí fueron capaces de consensuar a espaldas del pueblo para quedase, sin medir lo que se viene, qué pena das Perú.