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21 noviembre, 2024 6:21 pm

¿Ciudadanos y/o zombis?

“Es posible que estemos contemplando la primera civilización de zombis…” – Charles Stross

POR: CÉSAR A. CARO JIMÉNEZ  

¿¡Cómo se define a un ciudadano y cuál es la acepción del término zombi!?…Si nos remitimos al diccionario de la RAE, veremos que en líneas generales un “ciudadano” es aquel que goza del derecho de sufragio y de otros derechos políticos inherentes, como elegir y ser elegido, sin que se les exija un mínimo de información y capacidad. Y en cuanto a la definición de un zombi, encontramos a la letra: “Persona que se supone muerta y reanimada por arte de brujería con el fin de dominar su voluntad y/o: “Atontado, que se comporta como un autómata”.

Y si bien aún es cierto, tal y como lo dijo Churchill, que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos, no deja de ser verdad también que en nuestro caso, el sistema no permite una adecuada difusión de ideas y propuestas, a tal punto que se puede decir, sin temor a equivocarse que en los últimos procesos electorales han primado las emociones y la suma de todos los miedos, antes que el razonamiento objetivo a la hora de elegir, lo que creo que se va a dar nuevamente mañana cuando la gran mayoría de “ciudadanos zombis”, elija en todos los rincones del país a las nuevas autoridades regionales y municipales, que salvo una que otra excepción serán mediocres, dado que en los últimos tiempos casi todas las instituciones de nuestro país, incluidos los “partidos políticos”, vienen pervirtiendo los ideales democráticos, deslizándose por una suave pero continua pendiente de corrupción, en la cual la estupidez colectiva (“zombi”),  pareciera que comenzara a reinar.

Las elecciones se han transformado en escaparate y desfile de técnicas de marketing e imagen, sin generar debates de ideas ni propuestas nuevas, a tal punto que auguro que los próximos cuatro años se perderán tal y como viene ocurriendo desde hace más de una década, para beneplácito de los grandes intereses económicos y los verdaderos amos del mundo que ya no son los gobiernos, sino las corpulentas empresas privadas multinacionales blindadas por los tratados de libre comercio, cuyos dueños no son elegidos, a pesar del impacto de sus decisiones sobre la vida de los pueblos, las cuales se toman en reuniones reservadas, como las que efectúan en el denominado Foro de Davos, organizado por el WEF (World Economic Forum), o el denominado club, conferencia, grupo o Foro Bilderberg que es una reunión anual a la que asisten mediante invitación, aproximadamente las 130 personas más influyentes del mundo, , algunas de las cuales tienen más fortuna que muchos países del mundo.

Pero sin embargo todo no está perdido. Habría que dejar de lado en algo la democracia representativa tal y como se concibe hoy en día, e intentar, aparte de brindar mejor educación, volver a sus orígenes, en los cuales se consultaba a todos los ciudadanos sin excepción. Consulta que se dejó de lado en razón al crecimiento poblacional que hacía imposible contar con la opinión de la totalidad de electores y/o vecinos, reemplazándola por la representativa, por la cual cada cierto tiempo, –como en esta ocasión–, elige a ciertos personajes los cuales se preocupan poco por los intereses de las mayorías. (Los políticos con convicción propia, dispuestos a luchar contra viento y marea por el bien común, pareciera ser una especie en camino de la extinción).

Por qué no pensar, en estos tiempos del ciberespacio, en dar normas que permitan, –al igual como sucede en las instituciones bancarias en lo que respecta a transacciones económicas–, que los partidos tengan páginas web interactivas, en los cuales los militantes que se inscriban, ingresen con claves y toda la seguridad del caso, a enterarse, opinar, censurar, controlar y elegir las mejores opciones, tanto en lo que respecta a propuestas como a sus líderes, en el día a día y no cada cierto tiempo, espacio en que los votantes parecen más zombis, que ciudadanos plenamente informados.

Tratemos de reflexionar y auto educarnos, dejando atrás los vientres de alquiler y creemos verdaderos partidos políticos, dejando de lado a los aventureros políticos de última hora; dejemos atrás las caricaturas de partidos y políticos y sobre todo las ideas fáciles y con ellas al mal periodismo, las mentiras y la manipulación de la historia y los sucesos cotidianos, combatiendo sobre todo la corrupción venga de donde venga.

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