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22 noviembre, 2024 2:49 am

Cibercriminal se burla de la justicia en Moquegua: sentencia leve e incumplida

A pesar de la sentencia benigna emitida el 13 de marzo de 2024 por el Segundo Juez Unipersonal del Submódulo Penal de Ilo, presidido por la jueza Yuridia Matilde Medina Calatayud, Arocutipa no ha cumplido con las disposiciones del fallo.

POR: JULIO FARFÁN VALVERDE

El caso de fraude informático por suplantación de identidad perpetrado por Víctor Manuel Arocutipa Nina sigue generando controversia en Moquegua. Arocutipa, quien confesó haber solicitado créditos a nombre del agraviado Jorge Luis Yáñez Ibárcena a las entidades bancarias BCP y BBVA de la ciudad de Ilo para transferirlos a sus cuentas, prácticamente continúa impune.

A pesar de la sentencia benigna emitida el 13 de marzo de 2024 por el Segundo Juez Unipersonal del Submódulo Penal de Ilo, presidido por la jueza Yuridia Matilde Medina Calatayud, Arocutipa no ha cumplido con las disposiciones del fallo. La sentencia Nro. 30-2024, Resolución Nro. 03, lo encontró culpable de fraude informático según el artículo 8 de la Ley 30096, imponiéndole tres años y cuatro meses de pena privativa de libertad con carácter suspendido por dos años y cuatro meses, sujeto a reglas de conducta.

Además, se le impuso el pago de setenta y ocho días multa, equivalente a 666.12 soles, a ser abonados el 30 de abril de 2024 al Ministerio de Economía y Finanzas. Asimismo, debía pagar 45,000 soles como reparación civil a favor del agraviado Jorge Luis Yáñez Ibárcena, distribuidos en ocho cuotas mensuales.

A pesar de estas obligaciones, Arocutipa no ha cumplido con el pago de las reparaciones civiles ni las reglas de conducta impuestas. El 9 de mayo de 2024, el Primer Juzgado Penal Unipersonal de Ilo exhortó nuevamente a Arocutipa a cumplir con sus obligaciones legales durante el período de dos años y cuatro meses. Sin embargo, el sistema judicial ha mostrado ser benigno con las sentencias y falta de control y lentitud en su ejecución.

ANTECEDENTES DE LOS HECHOS

El agraviado Jorge Luis Yáñez Ibárcena fue víctima de Víctor Manuel Arocutipa Nina, a quien conoció en 2019 cuando este último trabajaba como encargado de ventas en CELMAR S.R.L., (Celulares Marina Comunicaciones S.R.L.) un centro de distribución autorizado de América Móvil-Claro ubicado en la Calle Zepita N° 411 de Ilo. Durante ese tiempo, Yáñez Ibárcena adquirió un celular en dicho establecimiento, lo que permitió a Arocutipa Nina tener acceso al dispositivo para solucionar problemas relacionados con el servicio de internet en varias ocasiones.

En 2021, Yáñez Ibárcena comenzó a recibir facturas excesivas por las cuotas del crédito del celular y el servicio de internet. Al reclamarle a Arocutipa Nina, este se encargaba de resolver la situación en las semanas siguientes, lo que no generaba preocupación al agraviado. Sin embargo, en 2022, Yáñez Ibárcena descubrió a través de una denuncia penal que Arocutipa Nina había adquirido un teléfono celular a crédito en su nombre, suplantando su identidad y aprovechándose del acceso previo que había tenido al dispositivo para obtener sus datos y claves.

A partir de esta información, el imputado logró acceder y comprometer, vulnerando la seguridad de las entidades bancarias, suplantando la identidad de su víctima para solicitar tarjetas de crédito y préstamos a nombre de Yáñez Ibárcena. Esto no solo causó un perjuicio económico al agraviado, sino también un daño emocional significativo, con afectaciones psicológicas y traumáticas debido a la angustia y preocupación provocada por las amenazas de embargo por parte de los bancos para el pago de préstamos que nunca solicitó.

A pesar de haber acudido a la Policía Nacional, el Ministerio Público y el Poder Judicial en 2022, la sentencia condenatoria no se emitió sino hasta 2024, tras un proceso que resultó en el consentimiento del acusado.

SENTENCIA BENEVOLENTE

El cibercrimen puede causar mucha angustia a quienes lo sufren. Por eso, es valiente que Jorge Luis Yáñez Ibárcena haya decidido hablar sobre lo que le pasó, para que la gente en Ilo y Moquegua esté más atenta y pueda protegerse de la delincuencia en línea. Este tipo de delitos pueden causar mucho estrés y sufrimiento emocional, y es importante prevenirlos para evitar caer en la misma situación.

La sentencia por fraude informático en este caso fue bastante suave, considerando que el acusado no solo suplantó la identidad de la víctima varias veces en diferentes fechas y bancos, sino que también usó sus tarjetas de crédito para hacer compras.

Es frustrante ver que alguien que admitió su culpa reciba una pena tan leve y esté libre, siendo reincidente en su accionar delictivo, especialmente al compararlo con lo que sucede si alguien roba algo físico (bien mueble) y es enviado a la cárcel.

Esta situación podría “motivar” a más personas a involucrarse en el fraude informático, lo que aumentaría el riesgo para la seguridad de todos y comprometería la privacidad de nuestras cuentas y sistemas en línea. Es especialmente preocupante dada la vulnerabilidad de la seguridad de la información en los propios bancos y la falta de una mano dura del sistema judicial.

Análisis & Opinión