Una red informal de fiestas clandestinas identificada bajo el nombre de “Cereza Planet” viene organizando eventos nocturnos en viviendas no autorizadas de la ciudad de Ilo, captando a menores de edad —algunos en cuarto y quinto de secundaria— mediante grupos de WhatsApp donde se promocionan entradas, sorteos y consumo “libre” de bebidas alcohólicas disfrazadas de energizantes. Todo esto ocurre con total impunidad, pese a que las autoridades locales tienen pleno conocimiento de su existencia.
Estas fiestas se desarrollan semanalmente y según fuentes vecinales, las convocatorias clandestinas en distintos sectores del puerto. Los organizadores comercializan entradas por aplicaciones móviles como Yape y las entregan virtualmente, evitando cualquier tipo de control municipal o sanitario. Detrás de lo que parece una simple fiesta adolescente, hay un patrón de organización sistemático que pone en serio peligro la salud y seguridad de menores.
EPISODIO DEGRADANTE EXPONE REALIDAD SILENCIADA
El último sábado 19 de julio, una de estas fiestas se llevó a cabo en el sector de Nylon San Pedro, Mz C Lt 09, cerca de la cancha 20 de Diciembre. En las afueras del local, el panorama era alarmante: adolescentes visiblemente intoxicados, tirados en la vía pública, vomitando, sin la intervención de ninguna autoridad. Las bebidas que circulan en estos eventos —de dudosa procedencia— podrían contener incluso sustancias adicionales al alcohol.
Una de las madres afectadas, Maggy Vera Anduaga, denunció formalmente lo ocurrido ante la Comisaría PNP Ilo “A”, detallando que su hijo de 16 años fue víctima de esta red. La entrada fue pagada a través de Yape a nombre de Veronika D. Reynoso V. (cel. 925432508), una de las supuestas operadoras de “Cereza Planet”.
Cerca de la medianoche, recibió una llamada de un amigo de su hijo alertando que se sentía mal. Al llegar al lugar junto a su esposo, encontró a varios adolescentes bajo efectos de alcohol. El menor fue llevado a casa y, al día siguiente, atendido en EsSalud por síntomas de intoxicación.
EL MINISTERIO PÚBLICO DESENTIENDE SU FUNCIÓN PREVENTIVA
Pese a lo delicado de los hechos, la Fiscalía de turno —en manos del Dr. William Pedro Menéndez Peña— concluyó que “no se configura delito alguno”, y que el caso debía tratarse como una simple falta contra las buenas costumbres, conforme al artículo 450 del Código Penal.
La indignación de la madre no solo se dirigió contra los organizadores, sino también contra la indiferencia de las instituciones: “¿Dónde está la Fiscalía de Prevención del Delito? ¿Dónde está la Policía? ¿El Serenazgo? Todos saben lo que pasa, pero nadie actúa”, reclamó.
Asimismo, la denunciante señaló la dificultad que tuvo incluso para que se le tomara la denuncia en la comisaría. “Fue una lucha contra la indiferencia. Casi no me reciben. El suboficial Rengifo Pinchi nos atendió, pero el sistema está hecho para desalentar a quien busca justicia”, declaró.
PADRES MOVILIZADOS: “NO NOS CALLAREMOS MÁS”
Ante la falta de respuesta de las autoridades locales, un grupo de padres estaría organizando una movilización para exigir control, sanción y prevención efectiva. “No me avergüenza denunciar. Mi hijo tiene valores y cometió un error. Pero hay una red de adultos que lucra con esto, y no puedo quedarme callada mientras siguen exponiendo a otros menores”, sostuvo Vera Anduaga.
La madre dejó en claro que no busca culpabilizar a los adolescentes, sino desenmascarar a los verdaderos responsables: quienes organizan, convocan y permiten que menores sean intoxicados sin control alguno, mientras las autoridades permanecen inactivas.
UNA REALIDAD PELIGROSA QUE NADIE QUIERE VER
Con más de mil menores expuestos en grupos de WhatsApp como Cereza Planet donde se anuncian fiestas clandestinas, el problema ya no puede ignorarse y la Policía Nacional, el Ministerio Público y la Municipalidad de Ilo deben actuar (trabajar) para combatir estas convocatorias clandestinas. La Defensoría del Pueblo para estos casos simplemente, no existe.
No se trata únicamente de exigir mayor control a los padres de familia —lo cual, sin duda, es parte del problema—, sino de reconocer que los menores están siendo deliberadamente expuestos a redes organizadas que lucran con su vulnerabilidad, incitándolos al consumo de alcohol y sustancias de procedencia incierta, sin ningún tipo de supervisión ni garantías mínimas de seguridad.
Estas fiestas no son simples reuniones juveniles: son espacios donde adolescentes —la gran mayoría en edad escolar— terminan inconscientes, intoxicados o abandonados en la vía pública, mientras las autoridades estatales miran a otro lado. El verdadero peligro no es que un menor salga de casa, sino a qué clase de red está ingresando cuando lo hace.
TOLERANCIA LA VIOLACIÓN DE LAS LEYES
La organización de fiestas clandestinas como las promovidas por “Cereza Planet”, donde se convoca a menores de edad mediante redes sociales y se les expone al consumo de alcohol y sustancias desconocidas, no es solo un asunto de “malas costumbres”.
Según el artículo 125 del Código Penal, exponer a un menor a un daño grave e inminente a su salud —como ocurre en estos eventos donde terminan intoxicados— es un delito penado con hasta cuatro años de prisión. La omisión sistemática del Ministerio Público y de la PNP para actuar frente a estos hechos puede ser leída como una tolerancia cómplice frente a una red que pone en riesgo la integridad física y emocional de adolescentes.
La Fiscalía no puede limitarse a alegar que “no hay delito” cuando existen evidencias claras de organización, captación, cobro de entradas y presencia de menores en estado de intoxicación, señaló la madre de familia.
Cabe señalar que, el Código de los Niños y Adolescentes señala en su Artículo 9 – Principio del interés superior de los menores donde las autoridades competentes deben priorizar la protección activa de los menores involucrados.