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23 noviembre, 2024 6:15 pm

Centenario del nacimiento del regente Germán Olivares Segura

Por: Enrique Chávez Jara  (Historiador mollendino)

Un día como hoy, hace 100 años nace en Mollendo don Germán Olivares Segura, uno de los más grandes referentes de la educación y la disciplina que se implantó en particular, en el Colegio Nacional Deán Valdivia. Hoy lo recordamos con esta semblanza en homenaje al centenario de su nacimiento.

NACIÓ HACE 100 AÑOS

Amanecer del viernes 28 de mayo de 1920 nace en Mollendo, Germán Olivares Segura en la calle Iquitos Nº 54, cerca al barrio de La Aguadita, bajando por la calle Tambo lugar de bastante trajín comercial en la época dorada del puerto.

SUS PRIMEROS AÑOS

Fueron sus padres don Jacinto Olivares (natural de Arequipa, 1891) y doña María Segura, nacida en Mollendo en 1897. Pasó una infancia llena de vicisitudes, realizando sus primeros estudios en El Palitroque de la Av. Independencia, hoy Mariscal Castilla, después lo hará en el Centro Escolar que dirige el preceptor Nicanor Rivera Cáceres. Luego pasará a las aulas del colegio Nacional,  cuando todavía se le conocía como el Colegio Augusto B. Leguía, y se encontraba en la séptima cuadra de la calle Comercio. La juventud de Germán fue rápida en la dura jornada por superarse.

PRIMERO AUXILIAR, LUEGO REGENTE

Al ingresar a laborar en el colegio Nacional, ya tenía un lugar que hace poco ejercía don Luis Ernesto Núñez Gómez (fallecido el 15 de junio de 1948) uno de sus fundadores y el primer regente del colegio. Es a inicios de la década del 50 donde este joven autodidacto empieza a ocupar el cargo de auxiliar y pronto, de regente.

Debemos de manifestar que regente en la acepción aplicada a la educación, estaba basada en el que rige los estudios y la disciplina, como en esa época se definían y se aceptaba en las escuelas. Don Germán debió realizar un acto de fe para los estudiantes deanvaldivianos durante el ejercicio de su cargo hasta el final.

SU PERFIL

Parco, auténtico, singular por su complexión física, grueso de mediana estatura, moreno de ojos profundos, bigote pequeño. Su voz no era fuerte sino baja, que unida a una mirada honda, mataba todo intento de echar en cara una respuesta interesada.

De una vida metódica, a veces rutinaria aunque con dificultades, en lugar de disfrutar de las “comodidades” de la vida, del trabajo y la cotidiana presencia en las aulas, lo daba todo. Prefirió seguir el camino de los hombres que han nacido para sacrificarse por la educación, sobresaliendo por sus denodados esfuerzos en pro de la férrea disciplina.

Fue futbolista en la defensa del Nacional FBC allá por el 39, pimponista, ajedrecista y hasta bombero, otra afición era la filmación por esas épocas en blanco y negro.

CON LA DISCIPLINA POR DELANTE

Don Germán es la figura descollante de la disciplina en la historia de la educación en Mollendo, porque ha sabido dejar el sello de su ponderación e inteligencia. Veamos pues… cuando ingresábamos al colegio por la entrada que da a la calle José A. de Bedoya, en la primera puerta al lado izquierdo, vemos en su parte superior el sugestivo letreroRegencia”, nos inspiraba temor. Desde este lugar el regente con adusto rostro, mirada certera, esgrimió su clásica reprimenda a los imberbes y desfachatados estudiantes que eran enviados por los profesores o auxiliares por mala conducta. Sus sermones no estilizados pero de frases y actitudes relumbrantes, nos cambiaría el ánimo… para toda una vida.

Pero siempre había en nosotros un motivo para refunfuñar, “el chueco es un tipo de trato desabrido, apático, porque nunca nos respondía el saludo que él porfiadamente nos enseñó”. Años después nos daremos cuenta el porqué, pero aun así había temor en responder a una pregunta, preferimos bajar la vista.

ACCIÓN SOCIAL

Con una plausible emoción social, enfocó su mirada allá en el 66 con la creación del Interac Estudiantil del Rotary Club con nosotros, una de las primeras acciones fue en colaborar con las obras en la construcción del templo de San Martín de Porres, abrimos zanjas y pegamos ladrillos, una manera de entender que algo se puede hacer por la fe cristiana.

PROMOCIÓN CON SU NOMBRE

En 1957 los que egresan de las aulas deanvaldivianas, deciden poner el nombre de Germán Olivares Segura, a la Promoción 1953-1957 como un gesto de agradecimiento en vida al hombre que enseñó la manera de discernir la verdad de la mentira. Era su palabra como el desempeño de su función de regente la que traspasaba las paredes del colegio y llegaban al corazón de los hogares de la ciudad.

GENEROSO, FILÁNTROPO

Educador absolutamente munificente, la conversa y la colaboración, el deporte y la ciencia era para él una de las formas de filantropía social. Su vida fue un cúmulo de anécdotas, de caminar pausado y su eterno traje oscuro y cigarro en mano. Era común y es imposible pensar que algún educando pasó desapercibido por su mente, insisto, nos enseñó a distinguir una cosa de otra, señalando la diferencia que hay entre ambos.

HOMENAJE EN VIDA

En 1975 con ocasión de finalizar el año escolar, la promoción número 48 que egresaba, le rinde un homenaje en vida al evocar su nombre para la posteridad, siendo padrino otro magnánimo educador como Emilio Meza Ponce. Creador de la Patrulla Escolar de Seguridad, así como el radio periódico musical en los altoparlantes del colegio, una manera de concientizar a quienes estuvimos en sus claustros, el regente de rostro yerto es un tipo plurifuncional, fomentaba el box (como una alternativa a las peleas programadas para la salida, o sea ‘chócalas’).

MEDIADOR EN CONFLICTOS

En 1967 tuvo que soportar una “huelga de cuadernos caídos” ocasionados por obnubilados estudiantes próximos a egresar del Deán, donde casi se agrava por la incomprensión de nuestros profesores. Hizo las veces de mediador y asistente social o como sociólogo. Ahora las obras literarias y sobre todo el teatro fue su pasión como la misma vida.

ENTREGA QUE DEJÓ HUELLA

En una oportunidad ingresé a la biblioteca del colegio y pude leer una memoria que data del año 1963 cuando era director del plantel el maestro Carlos Cuba Valdivia que en la página 10 dice: Departamento de Normas y de Conducta. El regente Germán Olivares quien como siempre, se desempeña con energía, dinamismo y acierto, es uno de los pilares para el buen comportamiento de los alumnos y ha sabido aplicar con ventaja el principio de la disciplina nacional que dice: «Ser exigente en la conducta del alumno, dejándole el pleno convencimiento de que tal exigencia es por su bienestar y nunca para labrar su fracaso». Válganos afirmar sin temor a errar que su entrega a la educación dejó un claro ejemplo de lo que un bienhechor hombre hizo a su paso por la tierra.

FALLECIÓ EN SU PUESTO DE LUCHA

Casi al finalizar el sábado 28 de abril de 1984, la ciudad escucha alarmada la sirena del colegio – sonó a rebato – había fallecido don Germán Olivares. Fue al medio día, víctima de un paro cardíaco, asistido por el Dr. Raúl Velásquez del Carpio quien certificó su muerte. Le faltaba un mes exacto para cumplir 64 años. Murió en el pleno ejercicio de sus funciones… en su puesto de lucha. Él nos ha legado en hojas de notas el “temible parte”… quién no lo sabe. Sus restos descansan en un mausoleo de la avenida principal, subiendo a mano izquierda, del camposanto local.

INDIFERENCIA Y DESIDIA

Tuve la ocasión de ingresar al colegio en septiembre del 2015 (antes que demolieran el colegio inaugurado en 1956) por la puerta de ingreso en la calle José A. de Bedoya y la primera impresión fue triste, ya que la Regencia no lucía su clásico cartel, esta oficina descolorida estaba convertida en un depósito de indiferencias y desidia. Sinceramente cuánta falta hace el querido ‘Chueco’ Olivares.

Condensado: Una mirada a los sucesos histórico sociales del Colegio Nacional- 2016

Análisis & Opinión