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23 noviembre, 2024 6:54 am

Caperucita y el Lobo

Las mujeres no son estúpidas y saben el peligro de encontrarse con un animal salvaje y que la vida está por encima de cualquier agresión sexual, pero lo que simboliza la pregunta y su respuesta es otra.

POR: TERESA PÉREZ TORRES     

En México, el país con más feminicidios del mundo, ¿tú le preguntas a las mujeres a quién prefieren encontrarse por el bosque, a un hombre o a un lobo? Afirman que prefieren encontrarse a un lobo en lugar de un hombre, ya que el lobo no trataría de engañarlas, convencerlas de nada, ni las violaría. El lobo las mataría, pero no dejaría heridas que durarían toda la vida.

Las mujeres no son estúpidas y saben el peligro de encontrarse con un animal salvaje y que la vida está por encima de cualquier agresión sexual, pero lo que simboliza la pregunta y su respuesta es otra. Muestra que las mujeres tienen miedo de encontrarse en lugares solitarios con un hombre.

¿Todos los hombres son violadores o malos? Obviamente no, pero hay muy pocas mujeres que no hayan sufrido algún tipo de abuso de índole sexual con algún hombre: un primo que quisiera besarlas en los labios, un compañero de instituto al que apartar su mano por debajo de la mesa, algún hermano o incluso el padre que haya querido tocarla, alguna encerrona después de tomar en la discoteca… ¿Estoy exagerando? Creo que no.

Desde los más pequeños hasta los más terribles se producen a diario por parte de los hombres. Por eso, los hombres más protectores aconsejan a sus hijas que no vayan solas por determinados sitios o que tengan cuidado en la noche. El miedo de las mujeres a ir solas en el silencio de la noche provoca tensión hasta que llegan a un lugar seguro.

¿Cuántas veces has dejado de ir a un sitio porque sabías que tenías que regresar sola? ¿Cuántas veces le has tenido que pedir a un amigo o amiga que te acompañe para no volver sola? Si eres hombre, lo más seguro es que la respuesta sea ninguna, pero la cosa cambia tratándose de una mujer. De hecho, son muchísimas las veces que ellas tienen que enfrentarse a ese tipo de situaciones fruto del miedo y la inseguridad en pleno siglo XXI.

Es una realidad que afecta a miles de mujeres en todo el mundo, a diario. ¿Cómo puede haber gente, hombres, con tan poco respeto, tan poca empatía, para llamar exageradas, locas o paranoicas cuando una mujer habla de la realidad cotidiana con la que miles de mujeres conviven a diario? Algunos pareciera que no tienen madre, hermanas, primas, sobrinas, amigas… Es más fácil hacer oídos sordos y, si pasa algo, ya lloraremos.

Algo está pasando para que prácticamente todas hayamos sentido eso, y lo peor es que muchas lo hemos sentido sin haber sufrido ningún susto serio. Lo hemos asumido, se nos educó así; la gente no es consciente de lo que pasa por la cabeza de una mujer que camina sola en la noche.

Una joven es violada por una manada de animales, y ella tiene que vivir con esas heridas toda la vida, mientras ellos, sin cumplir condena, sin sentir culpa ni remordimientos, siguen su vida como si no hubiera pasado nada. Así seguimos, desamparadas las mujeres en el siglo XXI. El machismo más peligroso es el que normaliza actitudes que no son normales.

Análisis & Opinión