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2 diciembre, 2024 3:27 am

Canon millonario y ciudad en ruinas, una burla al progreso en Moquegua

El Canon y Sobrecanon se han convertido en un recurso descomunal, destinado no a mejorar la vida de los moqueguanos, sino a financiar una lista de proyectos cuyo impacto es mínimo, si no invisible.

POR: GUSTAVO PINO    

El presupuesto millonario de la Municipalidad Provincial de Mariscal Nieto (MPMN) es casi una burla grotesca al ver el estado calamitoso de la ciudad, como si de las cenizas de una guerra civil emergiera, ahuecada, maltrecha y cubierta de polvo. Uno pensaría que con más de 212 millones de soles asignados para el 2024, Moquegua sería un reflejo de esa riqueza que supuestamente ostenta, pero lo que vemos son callejones en ruinas, agujeros en las pistas y un paisaje urbano que solo inspira desaliento.

¿A dónde va a parar ese presupuesto? Entre el mejoramiento del Museo José Carlos Mariátegui, que se come más de 3 millones, y un puñado de proyectos para “apoyar el desarrollo productivo” que, a decir verdad, dejan en duda su verdadera utilidad, queda claro que aquí las prioridades andan al revés. Mientras se destinan otros 30 millones a la transitabilidad vial en zonas interurbanas, ¿quién se ocupa de los barrios sumidos en el olvido y el deterioro? Basta recorrer las calles centrales de Moquegua para notar que la transitabilidad sigue siendo un espejismo para quienes la padecen a diario.

Pero lo más escandaloso es el uso del Canon y Sobrecanon, fondos millonarios con una ejecución que supera el 60%. Sin embargo, la ciudad no refleja ni un ápice de ese derroche. Es como si estos recursos se evaporaran en una danza de papeleo y reuniones estériles, dejando un paisaje digno de una ciudad olvidada por sus propios administradores. Cada nuevo proyecto se presenta más como una excusa para desviar dinero hacia monumentos de cartón pintado que como una verdadera mejora tangible para la población. Al final, el presupuesto de Moquegua se convierte en una cifra de adorno, mientras los ciudadanos esquivan escollos de pavimento y transitan por calles que cuentan, cada día, la historia de una ciudad reconstruida solo en los balances financieros.

Recordemos que el Canon y Sobrecanon representan un jugoso pedazo del pastel presupuestal para la MPMN, y se supone que son la clave para el desarrollo y transformación de la ciudad. Pero aquí el Canon parece más un mito que una realidad tangible. Más de 142 millones de soles asignados, y a pesar de ello, Moquegua sigue exhibiendo un rostro de abandono. Este fondo, que debería inyectar vida en las arterias de la ciudad, se diluye entre proyectos que apenas rozan la superficie de lo que realmente necesita el ciudadano común. La falta de transparencia en cómo se usa cada sol de este Canon es una bofetada a la gente que sigue esperando ver mejoras visibles y palpables. ¿Cuántos millones más se necesitan para que las calles dejen de parecer campos minados?

Este recurso, que en otras manos podría ser el salvavidas de Moquegua, parece aquí el juguete preferido de una gestión que prioriza apariencias antes que soluciones. ¿Cuánto tiempo más veremos estos fondos engrosar informes y promesas, mientras la ciudad se cae a pedazos? Es casi un crimen que, con un ingreso monumental, Moquegua siga en este estado de deterioro.

El Canon y Sobrecanon se han convertido en un recurso descomunal, destinado no a mejorar la vida de los moqueguanos, sino a financiar una lista de proyectos cuyo impacto es mínimo, si no invisible. La MPMN debería ser el motor que impulse una transformación real, pero a este paso, parece más interesada en dejar cicatrices de concreto que verdaderas huellas de progreso.

Análisis & Opinión