Por: Freddy José Gutiérrez Torres
Nuestra Patria: Perú, ha ingresado en un nuevo episodio de crisis. Esta vez, igual que en los últimos 50 años por “culpa” de la CORRUPCIÓN y de los CORRUPTOS.
Antes, “solamente” eran los capitalistas y de la derecha. Ahora, desde hace varios años, también son de la izquierda o del “pueblo”. La corrupción NO tiene ideología.
No sólo es “culpa” de los políticos, también es “culpa” de los que eligen a esos políticos. O sea, también es “culpa” del pueblo. De los electores. Porque no sabemos elegir. O, mejor dicho, sí sabemos elegir, pero queremos seguir eligiendo a los ladrones, habiendo gente decente.
Seguimos siendo hipócritas y tontos: ¡Nos están robando y elegimos al ladrón y al corrupto!
Bueno, en esta oportunidad, el pueblo, un sector del pueblo, está protestando por Castillo, por el adelanto de elecciones y también por una constitución. (Aparte, hay otros intereses).
El pueblo tiene derecho a protestar. Con razones o no, pero tiene derecho a protestar.
Pero a lo que no tiene derecho es a confundir o meter en un solo saco: papas y camotes, porque son distintos. No es correcto, no está bien meter en una misma protesta lo bueno y lo malo. Es decir, NO DEBEMOS defender al corrupto y a la vez pedir adelanto de elecciones o el cambio de esta Constitución Política que fue hecha por otro corrupto (Fujimori).
Cada cosa en su lugar: la corrupción NO DEBE PASAR. Venga de quien venga. Sea de derecha o de izquierda. Sea del rico o sea del pobre. La corrupción es un delito y hace daño a la sociedad, a todos. Por eso no debe pasar. Y, mucho menos, debemos defender al corrupto, sea quien fuere, sea Belaúnde, Alan, Fujimori, Toledo, Ollanta, Kuczynski, Vizcarra o este Pedro Castillo.
Esto debe quedar claro. NO A LA CORRUPCIÓN. Así de claro. NO AL CORRUPTO. Así de claro.
Distinto es protestar para que se produzca un adelanto de elecciones o para que se produzca un cambio en la Constitución.
Sólo que el adelanto de elecciones, en el mejor de los casos, debe ir acompañado de un cambio en las reglas de juego. De lo contrario, será más de lo mismo. Pues, seguiremos viendo ladrones en la presidencia, en el congreso, en las regiones, en las municipalidades, en fin.
Las Reglas de Juego para elegir a las autoridades deben ser discutidas y cambiadas prontamente. Pero cuidado con correr y caer. Napoleón decía: despacio que llevo prisa. No caer en la desesperación.
Y, el cambio de Constitución, después de 30 años de vigencia de la que dio “el japonés Fujimori”, se hace necesario. Hay muchas razones para sustentar este cambio constitucional. Todas las leyes, incluso la Suprema Lex, siempre tienen un tiempo de vida. Si el contexto material cambia, entonces también deben cambiar las leyes. Las leyes no son eternas.
Así entonces, el pueblo debe saber diferenciar las cosas, distinguir entre el bien y el mal. Separar lo bueno de lo malo, la paja del trigo. De lo contrario, su protesta pierde legitimidad.
A los corruptos no se les defiende, se les acusa y se los juzga.