La junta militar birmana actualizó este sábado el balance de víctimas del terremoto que sacudió el centro-norte del país el viernes, elevando la cifra a 1.644 fallecidos, más de 3.400 heridos y 139 desaparecidos, según los primeros reportes tras las inspecciones en las zonas más afectadas.
El régimen castrense, en el poder desde el golpe de Estado de 2021, difundió los nuevos datos a través de su canal de Telegram en el servicio nacional de radio y televisión (MRTV). Horas antes, había informado de casi 700 muertos solo en la región de Mandalay, una de las más golpeadas por la tragedia.
El líder de la junta, Min Aung Hlaing, visitó este sábado Mandalay, mientras el régimen continúa recopilando información sobre el impacto del sismo.
El temblor ocurrió el viernes a las 12:50 hora local (06:20 GMT) con una magnitud de 7,7 y a 10 kilómetros de profundidad, con epicentro entre las ciudades de Sagaing y Mandalay, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
En respuesta a la catástrofe, las autoridades militares declararon el estado de emergencia en seis zonas del país: Sagaing, Mandalay, Magway, Shan, Naipyidó y Bago. Sin embargo, la crisis política y el conflicto armado interno han complicado el acceso y la distribución de ayuda humanitaria en las regiones afectadas.
La junta realizó una inusual solicitud de asistencia internacional, mientras el relator de la ONU para Birmania, Tom Andrews, denunció que el régimen usa la ayuda como un «arma» y pidió canalizarla a través de la oposición democrática y grupos étnicos rebeldes.
El fuerte sismo también se sintió en China, India y Tailandia. En Bangkok, la capital tailandesa, tres edificios en construcción colapsaron, dejando al menos nueve muertos y más de 100 desaparecidos.