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30 enero, 2025 5:27 pm

Bernardo Monteagudo: 200 años de su muerte

Monteagudo apoyó la posición de San Martín, favorable a la monarquía constitucional en el país, influyendo en la divulgación de esta propuesta a través de la Sociedad Patriótica de Lima, fundada en 1822.

POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (RESPONSABLE DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DE LA DNEF DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)   

Bernardo José Monteagudo nació en San Miguel de Tucumán, en el Virreinato del Río de la Plata, el 20 de agosto de 1789, y su vida terminó en Lima, el 28 de enero de 1825. Fue su padre el español Miguel Monteagudo y su madre, la tucumana Catalina Cáceres Bramajo. Fue un abogado, político, periodista y militar, además de ser considerado un revolucionario con protagonismo en los procesos independentistas de su patria, Chile y Perú.

En 1808, al conocerse en América la invasión francesa sobre España, Monteagudo escribió la obra que se difundió clandestinamente: Diálogo entre Atahualpa y Fernando VII, en la que recreó una conversación imaginaria entre Atahualpa y Fernando VII, desplazado de la Corona española por los invasores. En esa obra, Monteagudo invocaba el principio de la reversibilidad del poder al pueblo, preguntándose si América debería resistir o seguir la suerte de España. Partía del principio de que, si el rey estaba impedido de reinar, las Indias debían gobernarse a sí mismas, como se invocó el 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires y se había tomado en cuenta en las sublevaciones independentistas de Chuquisaca y La Paz.

Monteagudo cursó estudios de abogacía en Córdoba, en la universidad fundada por el sanmarquino fray Hernando de Trejo y Sanabria. Cuando contaba con 19 años, fue uno de los líderes de la Revolución de Chuquisaca del 25 de mayo de 1809, redactando la proclama del movimiento revolucionario. Vinculado a los integrantes de la Revolución de Mayo, en 1811 fue autor del primer proyecto de constitución del Cono Sur americano. En 1812 ingresó a la Logia Lautaro, teniendo amistad con Bernardo O’Higgins y con el fundador José de San Martín, recién llegado al Río de la Plata junto a José María de Alvear. En 1812 fundó el periódico Mártir o Libre, impulsando la necesidad de la proclamación de la independencia.

Acompañó al general José de San Martín como auditor del Ejército de los Andes para la liberación de Chile y, en Perú, fue ministro de Guerra y Marina y, posteriormente, ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores del Protector de la Libertad del Perú, general José de San Martín, en el ya restaurado Estado independiente del Perú.

Tras el retiro de San Martín del Perú, colaboró con el libertador Simón Bolívar, desarrollando una visión americanista de la revolución hispanoamericana, con un ideario similar al del general Simón Bolívar, quien convocó el Congreso Anfictiónico de Panamá para establecer una confederación de los Estados de América.

MONTEAGUDO EN EL PERÚ

En 1820, Monteagudo se embarcó con la Expedición Libertadora al mando de San Martín como auditor del ejército argentino en Perú. Participó en convencer al intendente de Trujillo, marqués de Torre Tagle, de sumarse a los patriotas, ya que el septentrión peruano sería decisivo para lograr la independencia.

El 28 de julio de 1821, el general San Martín, en acto público, proclamó la independencia del Perú y asumió como Protector Supremo el 3 de agosto. Bernardo Monteagudo se convirtió en el gran apoyo al gobierno, como ministro de Guerra y Marina y, después, ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores. El Protector San Martín dio prioridad a la guerra que había querido evitar, y Bernardo Monteagudo quedó a cargo del gobierno del Perú.

Monteagudo apoyó la posición de San Martín, favorable a la monarquía constitucional en el país, influyendo en la divulgación de esta propuesta a través de la Sociedad Patriótica de Lima, fundada en 1822. Ambos compartían la idea de que solo una monarquía constitucional y, por lo tanto, democrática, como reconciliación del pasado con el presente que se vivía, evitaría la anarquía y las guerras civiles que se protagonizarían después. Monteagudo, al igual que lo pensaba respecto a su patria, señaló la prioridad de proclamar la independencia.

Por disposición de San Martín, Bernardo Monteagudo creó la Orden del Sol para distinguir a los varones y mujeres patriotas que habían contribuido al ideal y al logro de la independencia del Perú. Las ideas monárquicas de Monteagudo fueron muy impopulares y constituyeron el eje de la oposición que propiciaba la forma de gobierno republicano, cuyo líder principal fue José Faustino Sánchez Carrión, a quien se le recordará hasta ahora como El Tribuno de la República.

Monteagudo terminó sus días asesinado en Lima el 28 de enero de 1825, cuando contaba con 35 años de edad. El crimen ocurrió en la Plazoleta de la Micheo, ubicada en cercanías de la hoy Plaza San Martín, en el punto de convergencia del jirón Quilca, la avenida Nicolás de Piérola (Colmena) y el jirón de la Unión.

El cuerpo permaneció casi una hora en el lugar del hecho violento; por temor a represalias, nadie se acercaba. Finalmente, los curas de un convento cercano lo levantaron y lo trasladaron hasta su local, permaneciendo el cadáver en una de las celdas.

La Orden del Sol fue anulada en 1825, pero volvió a ser restablecida en 1921 por el presidente Augusto B. Leguía con el nombre de Orden El Sol del Perú, y con ella se sigue distinguiendo a las personalidades que le dan nombre al Perú, en el país y en el exterior.

Análisis & Opinión