POR: EDGARD NORBERTO “BETO” LAJO PAREDES
Los candidatos a la Presidencia de la República del Partido Aprista Peruano fueron: Víctor Raúl Haya de la Torre, siempre propuesto por el Comité Ejecutivo Nacional en 1931; 1962 y 1963; también en 1978 para las Elecciones a la Asamblea Constituyente. Después de Haya, partió a la eternidad el 02 de agosto de 1979; para las Elecciones Generales de 1980 convocaron a convención electoral (delegados) en octubre de 1979. Se presentaron dos fórmulas presidenciales encabezadas por Armando Villanueva del Campo (salió electo) y Andrés Townsend Ezcurra.
En 1984, el PAP convocó a tres procesos electorales internos con la finalidad de elegir candidatos a las Elecciones Generales de 1985. Primero, para elegir al candidato presidencial; inicialmente, se inscribieron dos precandidatos: Alan García y Javier Valle Riestra, quien se retiró de la contienda, dejando como único precandidato a Alan García, resultando elegido con más del 95% de los votos de militantes apristas. Segundo, para elegir a los candidatos a la primera y segunda Vicepresidencias de la República. Se inscribieron varios precandidatos, resultando elegidos Luis Alberto Sánchez y Luis Alva Castro, respectivamente. Tercero, para elegir a los candidatos a las Cámaras de Senadores y Diputados.
En 1989, el partido fundado por Haya de la Torre, en convención nacional, por consenso, definió la candidatura presidencial de Luis Alva Castro, también las candidaturas de Luis Alberto Sánchez y Javier Valle Riestra, a la Primera y Segunda Vicepresidencias correspondientes, para el proceso electoral de 1990. La designación de candidatos a senadores y diputados utilizó dos criterios: el meritocrático y el democrático. Se dio el caso de varios compañeros que, por sus simpatías populares, trayectorias reconocidas y gestiones públicas respetables, se les consideró cabezas de listas sin necesidad de participar en elecciones internas.
Para las Elecciones Generales de 1995 (Mercedes Cabanillas), 2000 (Abel Salinas), 2001 (Alan García) y 2006 (Alan García); dichas candidaturas se acordaron en Plenarios ampliados del PAP. En el caso de los postulantes al Congreso de la República, se volvieron a utilizar los criterios meritocrático y democrático. En 2011, el PAP no tuvo candidato presidencial, sí hubo lista para el Congreso de la República. En 2016 (Alan García), se ensayaron elecciones internas para la presidencial y congresal. En 2021, el APRA no pudo participar en los comicios generales del Bicentenario.
Las elecciones primarias (internas) del 30 de noviembre de 2025, para elegir candidatos a Elecciones Generales 2026, constituyen un episodio partidario inédito en la historia del PAP. Han sido universales (un militante, un voto); en su organización, desarrollo y proclamación de resultados han participado los órganos del Sistema Electoral Peruano (JNE, ONPE y RENIEC). Se inscribieron quince fórmulas presidenciales, destacando las lideradas por los conocidos: Javier Velásquez Quesquén – Carla García; Jorge del Castillo – Mauricio Mülder; y Hernán Garrido Lecca – Omar Quesada.
En un solo acto electoral se eligieron candidatos a la Presidencia, Senado, Diputados y Parlamento Andino. Los aspirantes no han pagado cuotas ni cupos para candidatear. Ante la ausencia, primero, del jefe Víctor Raúl y la pléyade de fundadores; segundo, de Alan García, primer aprista en llegar a la Presidencia de la República y dos veces (1985 y 2006); tercero, por la vigencia de la Ley de Organizaciones Políticas (regula la democracia interna); no había mejor reemplazo a dichas ausencias que los afiliados de las diversas bases del aprismo, para decidir democrática, legal e institucionalmente la conformación de fórmulas presidenciales y listas a los diferentes estamentos del Parlamento Nacional y Andino.
La fórmula presidencial elegida la integran: Pitter Enrique Valderrama Peña (presidente), María Inés Valdivia Acuña (primera vicepresidenta), Lucio Antonio Vásquez Sánchez (segundo vicepresidente). El Partido Aprista Peruano, con todas las dificultades que está atravesando, ha dado una lección cívica al país de democracia interna y reactivación política.
