POR: ENRIQUE AZOCAR PRADO
También a mí me embarga, por momentos, la ansiedad por el futuro próximo. La salud de mi familia, la economía a largo plazo y el bienestar general de mis hijas, son mis temas de preocupación recurrentes.
Asimismo, ver a los miembros más jóvenes de mi familia con tantas limitaciones en su educación, esparcimiento y socialización, es motivo de tristeza.
Pero, cuando miro a mis costados, y noto la angustia reflejada en los ojos del vecino y hasta en el extraño que comparte esta ciudad conmigo, mi corazón se encoge de pena.
Sin embargo, y a pesar de estos pensamientos de aflicción, estoy decidido a enfrentarme a lo que se venga, sea lo que sea, pues crecí en una familia que se forjó en la pobreza más extrema, pero que nunca se rindió. Soy de esa estirpe luchadora. Nasqueño de corazón.
Soy hijo de Susana Prado Granda, y no desmayaré en esta lucha tal como ella lo hiciera, sola y con sus 10 hijos durante todos estos años.
Invoco a que todos pensemos en nuestros padres y en nuestros hijos, pues en ellos encontraremos la inspiración, la fuerza y el empuje para salir adelante en esta lucha por nuestra sobrevivencia. Un abrazo a todos.