POR: CÉSAR CARO JIMÉNEZ
La vida tiene una manera de presentarnos personas que marcan un antes y un después en nuestro camino. Mildred Arriaga fue una de esas almas luminosas que, con su calidez y su talento, dejó una huella indeleble en todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla. Su partida nos deja un profundo vacío y una tristeza que es difícil de describir con palabras.
Mildred no solo fue una periodista profesional excepcional; su capacidad para interpretar el mundo con una mirada única y profunda nos enseñó a apreciar los matices de la vida. Su pluma tenía el poder de transformar lo cotidiano en extraordinario, y su voz resonaba con una autenticidad que solo se encuentra en las verdaderas apasionadas de su arte. Cada artículo, cada reportaje, era un reflejo de su amor por la verdad y su compromiso con la justicia. Nos hizo reír, llorar y reflexionar, siempre desde una perspectiva que desafiaba nuestras propias creencias y nos invitaba a ver más allá, sin recurrir a ningún tipo de adjetivo.
Durante los años que compartimos, Mildred fue un pilar de alegría y fortaleza. Su risa contagiosa y su espíritu indomable eran un bálsamo en los momentos difíciles. Sabíamos que siempre podíamos contar con su apoyo incondicional, y su empatía era un regalo que ofrecía sin reservas. La conexión que estableció con quienes la rodeaban era auténtica y profunda, creando lazos que perdurarán más allá de su ausencia física.
Hoy, en este momento de dolor, nuestros corazones se unen para extender nuestras más sentidas condolencias a su esposo, Edmer Trujillo y a todos sus familiares. Sabemos que la pérdida de Mildred deja un vacío inmenso en su vida, un espacio que solo puede ser llenado por los recuerdos compartidos y el amor que siempre se tendrán. Edmer, queremos que sepas que no estás solo en este camino de duelo; te acompañamos con nuestras oraciones y apoyo incondicional.
Mildred Arriaga, tu legado perdurará en cada palabra que escribiste, en cada sonrisa que compartiste y en cada corazón que tocaste. Aunque físicamente ya no estés con nosotros, tu esencia seguirá viva en las memorias que hemos creado juntos. Te extrañaremos profundamente, y siempre llevaremos contigo en nuestro corazón.
Descansa en paz, querida amiga. Tu luz seguirá brillando en el horizonte de nuestras vidas.