Por: Enrique Rivera Salas     

Con el fin de no perder el hilo, procedo a señalar los libros escritos sobre vivencias marítimas:

“Manual de Consulta Marítima”

Su contenido explica el Tratado de Ciencias Náuticas, la nomenclatura marinera, los servicios de dique seco y flotante, los astilleros, las maniobras en amarraderos de líneas submarinas y muelles, los cargos y responsabilidades, así como los reconocimientos nacionales e internacionales. Este libro fue editado en 1998.

“Viajes Interoceánicos del Ultramar”

Incluye relatos sobre el estrecho de Magallanes, los mares del Mediterráneo, Tasmania, el Caribe, los canales de Suez y Panamá, y los ríos La Plata y Amazonas, entrando por el océano Atlántico.

“Memorias Marítimas”

Es un diario marítimo donde el autor narra hechos reales relacionados con accidentes fortuitos, causas naturales y fallas humanas o mecánicas a bordo de buques mercantes.

Aún recuerdo a Abdón, quien una vez nos dijo:

“Le pedimos a nuestras autoridades una reflexión para nuestra juventud. Y recalco que yo también estoy preocupado por ellos, porque son el futuro de nuestro porvenir. Es muy importante que cada uno de nosotros tome con interés y preocupación el futuro. Si deseamos lograr algo en la vida, alcanzar un nivel económico o un mejor nivel social, debemos esforzarnos desde ahora”.

Para cerrar, he aquí, en forma resumida, la biografía de Abdón Araníbar Pinto:

Nació en Mollendo el 30 de julio de 1930. Sus padres fueron Dionicio Araníbar Ortega y Rosa Pinto. Creció en su adorado barrio Inclán, conocido también como “Los Campas”. Estudió en el alma máter de Mollendo, el Colegio Nacional Deán Valdivia.

Se casó con doña Vitalia Meza el 18 de mayo de 1962, y tuvo cuatro hijos: Jacqueline, Katherine, Patricia y Élard.

Se graduó como tercer piloto en 1958, iniciando su carrera a bordo de la flota de la Marina Mercante Nacional de cabotaje menor, una profesión muy distinta a la de radiotelegrafista de la Marina Mercante.

En 1960, después de una travesía de ocho meses por varios océanos, ingresó a la flota mayor, sirviendo a bordo de buques de la Compañía Naviera del Pacífico S.A., de armadores chilenos, hasta 1973.

El 1 de marzo de 1973, gracias a la acumulación de horas de navegación en la Escuela de la Marina Mercante, se graduó como primer piloto.

Fue capitán de buques tanques y gaseros como el “Capahuari”, “Maquea”, “Perulate”, “Río Pastaza”, “Sinchi Roca”, “Lloque Yupanqui”, “9 de Octubre”, “Mochica”, “Huáscar”, “Clipor Magestin”, “Isabel Barreto” y “Pavayacu”, además de remolcadores.

Lamentablemente, sin recibir los homenajes que le correspondían, el 11 de febrero de 2018 partió de este mundo, tal vez para seguir escribiendo en el cielo.