El proyecto de instalación de plantas portátiles de agua potable para mitigar la contaminación en la provincia de Islay ha sufrido un revés luego de que pruebas piloto revelaran fallas técnicas en los equipos inicialmente seleccionados.
El gobernador regional Rohel Sánchez informó que, a pesar de la autorización y la intención de adquirir 14 plantas, las pruebas realizadas en el lugar de los proveedores mostraron que los equipos solo funcionaban entre seis y ocho días, y no lograban filtrar todos los minerales tóxicos presentes en el agua.
La principal preocupación, según el gobernador, es la capacidad de las plantas para filtrar boro, arsénico y mercurio, minerales altamente perjudiciales para la salud.
Ante esta situación, el Gobierno Regional ha enviado a sus gerentes de Gestión del Riesgo y Gestión Ambiental a Piura, donde una planta similar ha estado funcionando por más de un año, para evaluar su funcionamiento y viabilidad.
«La inversión es de aproximadamente cinco millones de soles, por lo tanto, instalar una planta que va a funcionar solamente diez días, no es responsable”, expresó.
Sánchez aclaró que, si bien un informe previo del Gobierno Regional indicaba que todo estaba conforme, este se basó en pruebas de solo tres días, por lo que se requiere una evaluación más exhaustiva.
«Estamos en ese proceso y hay presupuesto, el tema es técnico, vamos a avanzar en ello y esperaremos el retorno de los gerentes y los técnicos de Piura para conocer el informe», informó Sánchez.