POR DR. JAIME CALLALLA MAMANI
La experiencia peruana con las Zonas Especiales de Desarrollo (ZED) —Piura, Matarani, Ilo y Tacna— ha sido limitada y, en términos comparados, poco exitosa. Mientras que a nivel global más de 7,000 Zonas Económicas Especiales operan en 147 países, generando cerca de 90 millones de empleos directos y representando entre 18 % y 20 % del comercio mundial, las ZED peruanas no han logrado despegar.
Entre las causas más señaladas destacan una burocracia estatal fragmentada, ausencia de visión estratégica nacional, procesos de descentralización sin capacidades reales y un entorno de corrupción sistémica que ha frenado el clima de inversión. A ello se suma una arquitectura normativa desactualizada respecto de los estándares modernos de zonas especiales en Asia, Oriente Medio y economías emergentes como México, Colombia o República Dominicana.
La Ley N.º 32449 no elimina a las ZED existentes, pero sí plantea una nueva generación de zonas económicas: las Zonas Económicas Especiales Privadas (ZEEP), orientadas a manufactura para exportación, servicios globales, ensamblaje avanzado e innovación tecnológica. Se trata de un modelo que busca corregir las fallas históricas del esquema estatal tradicional mediante gestión privada, autonomía operativa, gobernanza moderna y beneficios condicionados a inversión, empleo formal e innovación.
Regiones estratégicas como Chancay, Huaral, Ilo y corredores logísticos vinculados a puertos y cadenas productivas tienen alto potencial para atraer capital bajo este nuevo marco.
Las ZEEP permiten a los inversionistas operar dentro de un territorio delimitado con beneficios tributarios y aduaneros vinculados a compromisos verificables. Durante el Foro Internacional de Zonas Económicas Especiales Privadas (noviembre 2025), el MEF destacó que el nuevo régimen no es únicamente un tratamiento fiscal preferencial, sino una herramienta de transformación productiva.
La apuesta estratégica es clara: menos dependencia de materias primas, más industria; menos informalidad, más empleo calificado; menos centralismo, más territorios competitivos.
Para que el modelo sea viable, los gobiernos regionales y locales deben generar marco normativo territorial, estudios de suelo, infraestructura básica y seguridad jurídica, mientras la academia debe formar talento especializado y promover investigación aplicada. El éxito de las ZEEP dependerá de la capacidad de articular Estado, empresa y conocimiento.
¿PUEDEN DESAPARECER LAS ZEEP A RAÍZ DE LA LEY N.º 32449?
No. La Ley N.º 32449 no elimina las Zonas Económicas Especiales Privadas (ZEEP); por el contrario, es la norma que las crea, regula y les otorga sustento jurídico pleno.
Lo que sí puede ocurrir —y debe evaluarse con seriedad— es que la forma en que se implementen las ZEEP determine su continuidad, éxito o fracaso, como ha sucedido en numerosos países. Un marco legal no garantiza automáticamente la sostenibilidad de una zona económica.
Estudios de UNCTAD y el Banco Mundial muestran que un 40% de las Zonas Económicas Especiales fracasan o quedan subutilizadas por falta de planificación estratégica. Solo 1 de cada 3 ZEEs logra atraer inversión sostenida.
Países como China, Emiratos Árabes Unidos, Vietnam o República Dominicana lograron éxito porque mantuvieron estabilidad normativa por décadas. En cambio, varias zonas desaparecieron en África, Europa del Este o América Latina por falta de competitividad, normas contradictorias, incentivos mal diseñados, demoras en licencias, carencia de infraestructura o corrupción.
¿QUÉ RIESGOS EXISTEN PARA LAS ZEEP EN PERÚ?
El Perú ha tenido una tendencia a modificar su legislación económica frecuentemente. Las ZEEs requieren estabilidad mínima de 20 años para atraer inversiones industriales.
Falta de articulación regional. Si los gobiernos regionales y locales no producen ordenamiento territorial, disponibilidad de suelo, infraestructura vial y de servicios, las ZEEP pueden quedar solo en el papel.
Si el Estado no simplifica procesos, ninguna ZEEP podrá operar con estándares internacionales. Sin operadores de nivel mundial, las zonas corren riesgo de infrautilización, como ocurrió con antiguas ZED peruanas.
