Salió publicado el Decreto Supremo N° 094-2020-PCM que, por cuarta vez, prorroga el estado de emergencia nacional, por cuestiones sanitarias COVID-19, hasta el 30 de junio del 2020.

La base legal de este Decreto Supremo es el artículo 137 de la Constitución Política del País, y los artículos 130 y 131 de la Ley 26842 “Ley General de Salud”, siendo la característica fundamental del estado de emergencia la temporalidad y algo más importante, dice que debe preferirse aquellas medidas que siendo eficaces para el fin que se persigue, menos perjudiquen el principio de libre circulación de las personas y de los bienes, la libertad de empresa y cualesquiera otros derechos afectados.

La pregunta es ¿la cuarentena, dictada desde el 16 de marzo del 2020, fue eficaz?, la respuesta es clara, no fue eficaz y entonces ¿Por qué se continua?, acaso no debe buscarse otras estrategias otras alternativas, para contener el avance del COVID-19.

El gobierno debe asumir su responsabilidad por el fracaso, hubo cosas previsibles que tenía que hacer antes del 16 de marzo del 2020 que debió hacerlas, y no las hizo, acaso no sabía que el 70% de nuestra economía es informal, y que no iba a resistir 15 días de encierro.

Acaso no sabía que los hospitales no estaban preparados para enfrentar la pandemia, saco a la gente a las calles con el bono y de ahí lleno los mercados de gente, vinieron los éxodos, que trajo como resultado el descontrol de la población en las calles y por ende se contagiaron y hoy es imparable, al cierre de este articulo  hay  115, 754 infectados somos el segundo país después de Brasil con mayor número de infectados.

Ante el fracaso del Gobierno, ¿que nos queda a los ciudadanos?, de ser infectados no encontraremos una cama en un hospital del Estado, menos un respirador artificial, eso es lo que preocupa.

Señores, el artículo 11 de nuestra Constitución, dice que las prestaciones de SALUD son a través de entidades públicas, privadas o mixtas, es decir que el tratamiento del COVID-19, también lo puede hacer el sector privado y si hoy lo hace, lo hace a precios onerosos, por ello urge que el gobierno en vez de seguir legislando en forma paternal, libere el tratamiento del COVID-19.

Así, más entidades privadas brinden el servicio, puedan invertir en camas, respiradores, pruebas rápidas, moleculares, lógicamente todo regulado por el MINSA, ello hará que la oferta aumente y los precios bajen y habrá mayores posibilidades de tratamiento en el sector público, eso bajara la carga que hoy soportan los hospitales del Estado.

Pero, para acceder a esos servicios privados, necesitamos trabajar ya; la cuarentena no ha sido EFICAZ, seguir prolongado la medida afecta ya nuestros derechos constitucionales al trabajo, a la libertad de Empresa a nuestra libertad, déjenos trabajar SEÑOR PRESIDENTE, la economía está destruida, la gente dice: “Si me quedo en casa muero de hambre y si salgo me contagio”, pero tengo que comer mis hijos tienes que comer, mejor me arriesgo y salgo no hay otra alternativa.

Déjenos trabajar señor presidente.