POR: JULIO FARFÁN VALVERDE
La Municipalidad Provincial de Ilo (MPI), no ha visto la mejor manera de recaudar fondos, que imponiendo multas por no contar con las licencias de autorización municipal por publicidad exterior a los establecimientos comerciales formales de los diferentes rubros.
Especialmente de los pequeños y medianos negocios a quienes ha impuesto sanciones y multas elevadas sin tener en consideración que sus ingresos muchas veces solo les alcanza para sobrevivir y pagar el alquiler mensual del local donde se instalaron, ello con la esperanza de superación intentando llevar lo básico y necesario de ganancia para su hogar, ante la falta de oportunidades laborales en el puerto de Ilo.
DE FORMALES A INFORMALES
Los propietarios de estos negocios que optaron ser comerciantes formales y alquilaron su local para ello, han decidido tapar o retirar su publicidad instalada en sus paredes y otros cerrarlos, quedándose sin ninguna fuente de ingreso, por la falta de afluencia de clientes que poco a poco disminuía al no contar con sus pequeños letreros publicitarios, que les servían para direccionar e invitar a los consumidores a ingresar a sus locales.
Los requisitos exigidos por la MPI para obtener la autorización de publicidad exterior, es el principal motivo para que los responsables de estos negocios no soliciten y se nieguen a regularizar sus respectivas autorizaciones.
La municipalidad con estas exigencias, evidencia un favorecimiento a ciertos profesionales, como ingenieros civiles, mecánicos, electrónicos, etc. que solo tienen que firmar dando fe que ellos han confeccionado las estructuras o realizado las instalaciones eléctricas, adjuntando los respectivos planos que ni ellos mismos lo realizan.
En realidad, solo firman dichos documentos sin saber cómo se hicieron los carteles, que accesorios y elementos utilizaron los que verdaderamente lo confeccionan e instalan las estructuras; y lo que cobran por esa “firmita” vale más que la hechura y colocación de estos paneles.
Todo ello ha motivado que los comerciantes formales miren hacia las avenidas principales y busquen la mejor ubicación para cuadrar un “remolque rodante” y poner la publicidad que se le antoje de acuerdo a lo que vaya a vender y solo pagar un sol diario a los inspectores municipales por el uso de la via pública.
Ojo solo se paga en los días donde salen a “chambear” y así, se olvidan de pagar muchas veces en exceso el precio de alquilar de un local formal.
Ahora el negocio está en la calle y de manera informal, gracias a las exigencias y barreras burocráticas impuestas por la Municipalidad Provincial de Ilo a todos los pequeños y medianos negocios formales.
Al final “chamba es chamba” porque nadie está en contra de los negocios rodantes, sino que también hay que dar facilidades a los que desean tener un negocio estable y formal, no poniéndole trabas.