Dijo Kant que se mide la inteligencia de una persona por los niveles de incertidumbre que es capaz de soportar, sin embargo, él no vivió una pandemia y tampoco le habría molestado estar aislado en su casa puesto que tendría tiempo para pensar.
Lamentablemente, esa no es nuestra realidad, a nosotros no nos gusta la incertidumbre, en realidad a ningún ser humano, por lo tanto tratamos de predecir el futuro con frases como: Serán 15 días más o esta semana levantaran la cuarentena, o estamos a un par de días de llegar al pico de la curva, o este nuevo virus se puede vencer con gárgaras de limón y sal o una combinación de hidroxicloroquina con azitromicina y warfarina como declaró hace poco el vicedecano del colegio médico del Perú. La verdad es que todos estos pensamientos son productos de nuestra incapacidad de afrontar la incertidumbre y de pronunciar las tres palabras más temidas por el ser humano: Yo no sé o solo sé que nada se.
Abordemos como la incertidumbre aumenta nuestra ansiedad y como los expertos no saben que es lo que puede pasar, obviamente su opinión es importante. La verdadera respuesta la tiene la ciencia. En un estudio realizado en la Universidad de Pensilvania por el Dr. Tetlock se encontró que la predicción de expertos sobre el futuro de las acciones en la bolsa, estos tenían una precisión de 47.46%, lo cual es menor que lanzar una moneda y tener un 50% y 50% de probabilidad. O citando al autor: Es mejor que un simio tire dardos, por lo tanto cuando nos digan que todo esto acabará en un par de días o si levantan la cuarentena todos caeremos en el abismo o que llegaremos al tope en 3 días, la verdad es que nadie sabe.
Sobre el tratamiento, con un simple ejemplo, el Dr. Fauci, un experto en Estados Unidos sobre epidemias, aquel hombre que sale al costado de Trump en sus declaraciones, dijo hace no menos de 1 mes que el medicamento remdesivir era la mejor arma para atacar al coronavirus y le aseguro un futuro brillante, opinión de expertos, resulta que hace menos de 1 semana salió un artículo sobre el uso de remdesivir, el resultado no disminuyo la variable que tanto deseamos reducir: La mortalidad. El remdesivir por lo tanto va al mismo tacho que la hidroxicloroquina y lopinavir/ritonavir. Dejándonos otra vez con la misma respuesta: Yo no sé.
Y la verdad es que no sabemos, hay un mar de cosas que no sabemos, sin embargo, hay una pequeña luz que guía a todos aquellos que no se entregan al yo lo sé todo, aquella luz es la ciencia, y el aislamiento según la ciencia si funciona, aquellos países que la iniciaron lo más pronto posible tienen menos mortalidad y menor colapso de UCIs, lavarse las manos si funciona, esta quizás es la intervención más importante en salud pública y hospitalaria, usar mascarillas si funciona, los modelos matemáticos funciona, pero no podemos predecir en su totalidad el comportamiento humano porque este es errático, no tenemos todas las respuestas, no podemos predecir el futuro y nuestra única salida para hacerle frente a la incertidumbre viene desde la antigua Roma, en palabras de Marco Aurelio: Dios, permítenos tener la sabiduría de poder diferenciar aquello que está en nuestro control de lo que no, y danos la fuerza para actuar sobre esto.