A pesar que se vivía en emergencia por el tema del clima y falta de agua, a pesar que se había postergado esta presentación de apertura por nuestro 50 aniversario varias veces; a pesar que por las circunstancias de las últimas horas no era adecuado hacer «esta fiesta», valió la precipitación e imprudencia; resultado final, Ilo tuvo una fiesta de apertura muy incómoda. El interés del alcalde de que el presidente de la República rompa la «cinta y el champan» del estreno de nuestra fiesta, no se cumplió; en último momento, el mandatario decidió viajar a Tacna para ver el caso de la emergencia, esto era importante, pero se pudo posponer algunas horas, total la ciudad vecina ya había sufrido este embate hace muchos días atrás y el presidente solo le quedaba cumplir lo acordado; los ileños y la comitiva, esperaban un momento de atención y esta no se dio; quedando en los presentes una sensación de desprecio y vacío; ellos habían viajado hacia Lima para estar en esa foto importante; para ver el gran acontecimiento, abrir los 50 años; pero nada de esto sucedió.
El objetivo de difundir a Ilo tampoco se cumplió; no estuvieron los canales de televisión de cobertura nacional; en Lima, a nadie le intereso nuestra fiesta; pareciera que solo brillo el narcisismo del alcalde por estar con su amigo presidente y el mandatario nos dejó solos en esta «supuesta fiesta». La reunión significó un gran gasto para la municipalidad; por él despliegue de funcionarios, personal, invitados, bailarines, periodistas, etc, etc. Otra cosa hubiera sido si esta apertura se daba frente a la Glorieta, en el malecón o en cualquier lugar emblemático de nuestra ciudad; donde toda la Población participe para enarbolar su cariño, hacer la fanfarria y el desprendimiento por nuestra tierra. El aniversario era de Ilo y no de Lima.
Esto recién empieza y aun se puede cambiar los rumbos; la mirada no necesariamente tiene que estar en el palacio; más bien en nuestra población, en su gente; ¿qué es lo que queremos para nuestra fiesta? respetemos lo que el ileño quiere y siente; estoy seguro que el deseo es convivir momentos de añoranza, semblanzas, exposiciones, serenatas, canciones, poesías; todas vivencias de los 50 años y lo que hemos pasado como desarrollo social en el último siglo. Lo vivido hoy en Lima, debe quedar para el olvido; lo que vivamos ahora en Ilo, puede quedar para el eterno recuerdo; depende de nosotros… es mi opinión.