La guerra comercial entre los Estados Unidos y China, aparentemente lejanas a nuestra realidad, traerán consecuentes muy negativas a la economía nacional y por ende local.
El impacto será tal, que la caída del precio del cobre, una de las primeras consecuencias de este enfrentamiento económico, traerá consigo menos ingresos al Estado peruano, menos canon minero, menos proyectos de inversión pública, menos obras y menos trabajo.
Prácticamente, el precio del cobre está en picada. La guerra comercial causa estragos en el mercado de las materias primas, particularmente en el de los metales industriales y específicamente en el cobre, lo que supone una mala noticia para las arcas fiscales.
La agencia Andina reportó que, en medio del temor que genera la nueva ofensiva comercial de Estados Unidos contra China, el precio del metal rojo cayó hasta los 2.801 dólares, su nivel más bajo desde el 25 de julio del año pasado (2.78 dólares).
Se trata de una caída de 2% respecto al cierre del martes, la mayor desde el 19 de junio pasado, según el Diario Financiero de Chile.
El gerente general de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, Pablo de la Flor, reconoció que existe el riesgo de que las tensiones comerciales observadas en estos momentos sean un preludio de una guerra comercial con un impacto mayor en la cotización del precio del cobre, lo que resultaría preocupante al ser el Perú un exportador relevante de dicho metal.
Experiencias pasadas relacionadas a la caída del precio del cobre, repercutieron negativamente en el desarrollo nacional.
Por ejemplo, los gobiernos regionales y municipales sus arcas se vieron severamente mermadas por el drástico recorte del canon minero.
El dinamismo de las obras del Gobierno Regional de Moquegua se vio afectado, a tal punto que hasta ahora no hay proyecto de inversión público de alto impacto. Con una guerra comercial entre EE.UU y China y la caída en picada del precio del cobre, la situación que se avizora, no es positiva.
La creación de empleos estaría en riesgo, el movimiento comercial y atención de sectores sociales se verían afectados de continuar la tendencia negativa en la cotización del cobre.
A esto, hay que indicar que la falta de puesta en marcha de nuevos proyectos mineros paralizados desde hace varios años, impedirá amortiguar el impacto negativo de esta guerra comercial entre ambas potencias mundiales.
De la Flor comentó que las consecuencias podrían ser dramáticas si las tensiones comerciales escalan a mayores.