POR: BERNANDINO RODRÍGUEZ CARPIO
En el 2021, año en que el Perú celebrará el bicentenario de su independencia nacional, por feliz coincidencia nuestro querido Mollendo llegará a su sesquicentenario. Se creó como puerto, como sabemos, el 6 de enero de 1871; cuando la República apenas llegaba a los 50 de vida.
Seguramente la municipalidad y todas las demás autoridades y dirigentes institucionales, pronto despertarán al desafío que este acontecimiento histórico representa. Pero estas líneas están dirigidas a los miles de hijos de esta tierra querida, que alguna vez partieron de ella en busca de mejor horizonte personal.
Tenemos el deber imperativo de conciencia de volver ese día, “al embrujo incomparable de su sol” como dijera en ese bello vals titulado “Todos Vuelven”, César Miró. Será el día más emocionante de nuestra existencia, el del gran retorno y el reencuentro con nuestros recuerdos, sus calles, plazas y playas; y los amigos de ayer.
Hay que ponerlo en agenda desde ahora, queridos paisanos, para hacer fácil ese glorioso regreso. Si es con la familia, mejor. Que los hijos que luego nacieron en otros lugares, conozcan sus raíces y lleven a Mollendo para siempre en su corazón. Esto se organiza, no se improvisa. Por eso va temprano este mensaje.
Por el centenario, cumplido en 1971, gigantes caravanas de retorno partieron desde Lima y Arequipa y fueron recibidos con alborozo. Hoy que la tecnología nos tiene integrados en todo el globo terráqueo, emocionante sería un retorno por núcleos de paisanos de todos los rincones donde se encuentren. Si empiezan a agruparse desde ahora, sí la hacen.
Y como en el día en que volvemos a casa de la madre por su cumpleaños, con un regalo en la mano, pueda volver cada caravana con un presente recordatorio para nuestro puerto bravo, cual hijos agradecidos. Que no nos gane el tiempo.
