Lo que debía ser una herramienta fundamental para la detección temprana del cáncer de mama terminó convirtiéndose en un serio riesgo para la salud pública. En el Hospital Regional de Moquegua se realizaron alrededor de 240 mamografías utilizando un equipo que presentaba fallas técnicas graves, cuyas imágenes contenían artefactos capaces de simular microcalcificaciones, uno de los signos radiológicos más sensibles y determinantes en el diagnóstico precoz del cáncer de mama.
El problema no es menor ni puede reducirse a una “falla técnica”. En radiología mamaria, las microcalcificaciones —dependiendo de su forma, tamaño y distribución— pueden significar la presencia de un cáncer en estadios iniciales. Simularlas artificialmente equivale a distorsionar el diagnóstico, exponiendo a las pacientes a interpretaciones erróneas, angustia psicológica innecesaria, procedimientos invasivos injustificados o, en el peor de los casos, a retrasar un tratamiento oportuno.
ADVERTENCIAS IGNORADAS
Según un memorial presentado por los Tecnólogos Médicos en Radiología del propio hospital, el mal funcionamiento del mamógrafo fue detectado, advertido y documentado con anticipación, pero aun así el equipo continuó siendo utilizado, incluso durante campañas de despistaje masivo. Es decir, se conocía el riesgo y, pese a ello, se decidió continuar operando.
Claudia Guillén Flores, tecnóloga médica del Hospital Regional de Moquegua, señaló que durante el presente año se realizaron aproximadamente 240 mamografías, muchas de ellas cuando ya existían informes internos que advertían sobre las fallas del equipo. “Todas las imágenes presentan artefactos que pueden simular microcalcificaciones. Eso no es ético ni seguro para las pacientes”, sostuvo, precisando que la suspensión del servicio recién se produjo el 11 de noviembre, luego de la intervención de la Contraloría.
RIESGO DIAGNÓSTICO Y RADIOLÓGICO
El memorial de los profesionales no se limita al mamógrafo. También da cuenta del mal funcionamiento del equipo principal de rayos X, que presenta superposición de imágenes, problemas de reproducibilidad y repetición constante de exámenes, incrementando innecesariamente la dosis de radiación tanto en pacientes como en el personal de salud.
Asimismo, se reportan baterías defectuosas, imágenes inexistentes o equivocadas y demoras críticas en la atención de emergencias, configurando un escenario que compromete seriamente la seguridad radiológica y la calidad del diagnóstico.
Los tecnólogos advierten que realizar campañas masivas sin garantizar condiciones técnicas óptimas vulnera las normas sanitarias vigentes y atenta contra la confiabilidad de los resultados. Un diagnóstico erróneo en mamografía no es un error administrativo: puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
UNA DENUNCIA QUE FORZÓ REACCIONES
Guillén cuestionó que recién se anuncien medidas tras meses de advertencias internas ignoradas. “No se puede jugar con la salud de las personas solo para cumplir indicadores”, enfatizó, remarcando que los resultados de los exámenes realizados durante el año no serían confiables.
La tecnóloga también dejó constancia de deficiencias graves en la organización de campañas, falta de coordinación con enfermería, ausencia de información clara a las pacientes sobre resultados y citas posteriores, y la realización de mamografías en condiciones que no garantizaban calidad diagnóstica ni confianza en las usuarias.
LA VERSIÓN DEL HOSPITAL
Tras la denuncia pública, el director del Hospital Regional de Moquegua, Otto Suárez, confirmó la suspensión del servicio de mamografía y señaló que el tomógrafo se encuentra operativo tras una intervención del proveedor, al estar aún en periodo de garantía. Indicó además que el hospital ha comunicado la situación a la Dirección Regional de Salud y que se ha solicitado iniciar el proceso para la reposición del mamógrafo.
Horas más tarde, el hospital emitió el Comunicado N.º 011-2025, en el que sostuvo que el equipo de tomografía funciona con normalidad, que el equipo de rayos X continúa operativo con mantenimiento preventivo, y que el mamógrafo se encuentra fuera de servicio por haber cumplido su ciclo de vida útil. Asimismo, informó que las pacientes que requieren mamografía están siendo referidas al Hospital de Ilo.
Sin embargo, el comunicado evita pronunciarse sobre el destino de las cientos de pacientes evaluadas durante meses con un equipo defectuoso, así como sobre la eventual revisión de esos exámenes o la responsabilidad administrativa de quienes, con pleno conocimiento de las fallas técnicas, permitieron que el servicio continúe operando.
En una región donde el cáncer de mama constituye una amenaza real y permanente para la salud de las mujeres, seguir utilizando equipos defectuosos no es una omisión técnica: es una negligencia institucional grave. La población tiene derecho a saber si sus diagnósticos fueron confiables y quién asumirá la responsabilidad por haber puesto en riesgo uno de los pilares de la detección temprana del cáncer.

