POR: ENRIQUE RIVERA SALAS
Gerardo Alberto Cornejo Iriarte trabajó con los alcaldes Andrés Meneses Cornejo y Germán Remy de 1918 a 1920. Fue nombrado jefe de la IV Zona de Censos de Arequipa y ocupó la Inspectoría de Carros con el alcalde José Miguel Forga Selinger en 1924-1925. Posteriormente, fue síndico de Gastos con el alcalde Federico G. L. Emmel.
Amante del arte y la arquitectura, fue quien construyó el mercado San Camilo de Arequipa. Como historiador, promovió la identidad arquitectónica de la Ciudad Blanca, colocando placas recordatorias en los lugares de nacimiento de hombres preclaros como Toribio Pacheco, Miguel W. Garay Coches y José María Corbacho, entre otros.
En 1920, fue concejal del distrito de Tingo e inauguró la calle Cuarto Centenario con sus propios recursos. Además, defendió los bienes municipales, asegurando fondos para adquirir los terrenos del futuro estadio Melgar.
En el ámbito del derecho, fue juez de Paz, jurado de Imprenta, árbitro, defensor de pobres y fiscal. Como ingeniero civil y arquitecto, destacó por la construcción de canales de agua para el molino Las Mercedes.
Fue restaurador del Templo de la Recoleta, famoso por sus arbotantes neogóticos, y autor del monumento al educador francés padre Hipólito Duhamel, así como del obelisco en la Plaza 22 de Febrero (hoy en la avenida Bolognesi) y el monumento al padre Goyeneche en la avenida Goyeneche de Arequipa.
Sin embargo, su obra más destacada fue el Castillo de Miramar, conocido como el Castillo Forga de Mollendo, un edificio ecléctico con influencias neogóticas y moriscas, considerado una joya arquitectónica. Por su época, lo apodaban arquitecto de los mausoleos.
Ferviente defensor de la capilla neogótica del Hospital Goyeneche, que fue destruida por el alcalde Velarde Soto, Cornejo Iriarte también destacó por sus virtudes cívicas y su labor social. Habilitó terrenos para la gente necesitada y diseñó la urbanización María Isabel, en honor a su madre.
Fundó la Sociedad Protectora de Animales y fue miembro del Ateneo de Arequipa. En la música, fue parte de la Orquesta Filarmónica. También colaboró con la Compañía de Bomberos, destacando su participación social y cultural.
El 24 de enero de 1967, a los 90 años, recibió el Diploma de la Ciudad y el Escudo de Oro de Arequipa. Falleció en 1970, dejando un legado importante para la ciudad y Mollendo.
Quiero dejar constancia mi profundo agradecimiento doña Paula Catalina Vargas Pinto, quien obsequió hace años en la Estación Cultural de Mollendo una copia del proyecto “Alternativa de la puesta en valor del Patrimonio Cultural de la Nación, Castillo Forga de Mollendo: historia, arquitectura, aspectos legales, expropiación y restauración” que sirvió para que sea realidad.
