miércoles, 26 de noviembre de 2025
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Reflexiones en este aniversario de nuestra Moquegua

Los moqueguanos tenemos nuestra propia identidad en arquitectura, cultura, desarrollo social, religioso y más, que debemos rescatar.

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POR: NOLBERTO ARATA HURTADO

Este 25 de noviembre hemos conmemorado el 484 aniversario de la fundación española de nuestra Moquegua. Este momento nos invita a reflexionar por los grandes logros alcanzados desde antes de la llegada de los españoles. En nuestro territorio ya existían centros poblados formados, exitosos, y son muchos los testimonios, entre ellos el Cerro Baúl, los valles de los ríos Huaracane, Torata y Tambapalla o Moquegua.

Es importante remarcar que, hasta la construcción de los canales de Pasto Grande, durante siglos se mantuvieron casi sin modificaciones las acequias y demás infraestructura preinca y prehispánica que permitió a los españoles desarrollar la agricultura y la vinicultura que dio gran prestigio a Moquegua.

Analizando el territorio moqueguano, encontramos que se desarrollaron grandes culturas. Por ejemplo, en la zona de Torata aún se observan restos de canales construidos por los preincas que, gracias a su tecnología, llegaban a las cumbres de los cerros y que ahora, por la minería de Cuajone y Quellaveco, solo quedan vestigios. En lo que hoy es la provincia Sánchez Cerro se desarrolló la cultura Puquina, expertos constructores de andenes que hasta la actualidad se cultivan, al igual que en Carumas y zonas aledañas. Incluso hay andenerías usadas en la cultura Chiribaya de Ilo. Posteriormente construyeron en Pisac, Cuzco, Apurímac y otros lugares de la sierra, llegando por el norte hasta Lima.

Moquegua, en toda la colonia, fue la única que desarrolló una agricultura orientada a la transformación industrial. El cultivo de la vid proveía de enormes cantidades de uva que, transformada, obtenían millones de litros de vinos y licores que, gracias a los arrieros con base en Moquegua, eran las mejores “empresas de transporte” y llevaban los licores a Potosí y otros lugares de América, en especial a Argentina.

Moquegua también fue, en América del Sur, el punto más importante de intercambio entre el Pacífico y el Atlántico, llegándonos variedad de productos que han hecho nuestra gastronomía excepcional, fusionando sabores de las especias con los productos aborígenes. Nuestras comidas fueron transformándose, adquiriendo nuevas texturas y presentaciones en nuestros potajes y repostería. Por ejemplo, el sancochado moqueguano, que es una copia del cocido madrileño con origen casi bíblico, varía por el chuño y la racacha. También a los dulces y pasteles, las moqueguanas dieron toques personales en el uso de materiales y procedimientos, transformando la pastelería de origen árabe, italiana o francesa. Hace poco leí que el dulce de leche, emblemático en Argentina, Uruguay y Paraguay, es posible que tenga su origen en el manjarblanco moqueguano que los arrieros llevaban y comercializaban.

Para orgullo nuestro, remarcaremos que Moquegua fue de las mayores aportantes a la riqueza de las arcas coloniales y luego, en la república, por los altos tributos que grababan las ventas de vinos y licores que se enviaban a Potosí y a otros lugares de la colonia. Incluso se exportaban a la misma España y, durante la fiebre del oro, a Estados Unidos.

Moquegua siempre aportó tecnología y desarrollo y nunca fue sometida. En la colonia se destacó gracias al esfuerzo y permanente entereza, y no pedían prebendas porque generaban riqueza propia, donando para la construcción de colegios y templos. Algunas contribuciones fueron derivadas a Arequipa para la construcción de conventos. Con entrega de dinero y bienes lucharon grandemente para conseguir la independencia de nuestra ciudad y de la patria.

Los moqueguanos tenemos nuestra propia identidad en arquitectura, cultura, desarrollo social, religioso y más, que debemos rescatar. Todos, organizados, debemos exigir a las autoridades que hagan buena gestión y uso del canon y todos los recursos para lograr un desarrollo armónico, sin corrupción ni dispendio, y “volver a ser pronto” lo que fuimos ayer.

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