POR: CARLOS CARPIO MONTOYA
Cada vez que visito a Matarani no dejo de admirar el desarrollo de este puerto; primero lo visitaba de la mano de mi tía María Luisa Montoya, profesora del colegio Miguel Grau, cuando el colegio quedaba justo al voltear la primera curva de bajada al puerto, alrededor de 1971, y luego lo visitaba acompañando a mi madre, la enfermera Irma Montoya, en las campañas de vacunación auspiciadas por el Ministerio de Salud, pudiendo apreciar la precaria situación de la posta de salud y el abnegado esfuerzo del personal médico que allí se desempeñaba.
Contaba mi madre que cuando empezó a trabajar en la Unidad Sanitaria de Islay en 1958, en Matarani ya existía un ambiente habilitado como consultorio en el mismo puerto para atender accidentes de trabajo y a los pocos pobladores de ese entonces, con un médico a cargo, pagado por el terminal marítimo, herencia de la empresa Frederick Snare Corporation, los constructores del puerto de Matarani en 1941; posteriormente a raíz de la formación del barrio “Primero de Mayo” con los mismos trabajadores del puerto, la necesidad de una posta se hizo impostergable y luego con el crecimiento de Matarani se construyó el Centro de Salud.
A pesar de los esfuerzos del personal del Centro de Salud de Matarani, este ha alcanzado su capacidad máxima con 70 pacientes diarios. Desde hace varios años, los habitantes han solicitado la construcción de un nuevo establecimiento. En respuesta, Tisur ha asumido la responsabilidad y ha ganado el contrato otorgado por el Gobierno Regional de Arequipa para edificar un nuevo Centro de Salud que será cómodo, seguro, moderno, completamente equipado y contará con más consultorios para atender la creciente demanda de la población.
Seguramente mi madre habrá sonreído desde el cielo cuando, hace unos días, el gerente de Tisur, nuestro paisano Mauricio Núñez del Prado, junto con el alcalde de Matarani, realizaron una inspección a la construcción del nuevo Centro de Salud de Matarani. Este moderno establecimiento contará con servicios en diversas especialidades: medicina general, obstetricia, ginecología, odontología, terapia física, nutrición, psicología, laboratorio e incluso una cámara hiperbárica, esta última es un recinto hermético que permite administrar oxígeno puro al 100% a presiones superiores a la atmosférica (hasta tres veces más), lo cual posibilita el tratamiento de múltiples afecciones médicas, entre ellas el conocido “mal del buzo” o enfermedad por descompresión (EDC), que ocurre cuando un buceador asciende demasiado rápido a la superficie, lo que provoca que el nitrógeno, disuelto en los tejidos del cuerpo debido a la alta presión bajo el agua, forme burbujas que pueden causar hasta la muerte.
El nuevo Centro de Salud se construye bajo la modalidad de Obras por Impuestos, impulsado con el apoyo logístico y técnico de diversos profesionales que laboran en Tisur.

