Luego de 12 días consecutivos pedaleando desde Moquegua hasta Lima, el biólogo moqueguano Carlos Santos llegó a la capital y se encontró con las alcaldesas de los centros poblados de Titire y Aruntaya, zonas afectadas por la contaminación minera. También estuvieron presentes los congresistas por Moquegua y el alcalde provincial, John Larry Coayla, quienes se sumaron a la recepción de Santos.
El profesional emprendió este recorrido como un acto de protesta para exigir atención urgente a la grave contaminación que, según afirma, afecta al río Tambo y a toda su cuenca hidrográfica. Al llegar a Lima, visiblemente emocionado, agradeció el apoyo ciudadano recibido: “Solo quiero agradecer de corazón. Han sido doce días muy duros”, dijo.
Santos explicó que su movilización busca llamar la atención sobre lo que considera una amenaza ambiental crítica. Señaló que el sur del país depende de tres cuencas hidrográficas fundamentales, Tambo, Majes y Camaná, que garantizan la producción agrícola. Sin embargo, denunció que el río Tambo estaría recibiendo descargas de 40 litros por segundo de agua ácida con metales pesados, desde su nacimiento hasta su desembocadura.
“Esta es agua ácida, tiene metales pesados. Nuestros congresistas lo verificaron el año pasado. Hemos encontrado la contaminación con las manos en la masa”, afirmó. Contó además que pidió licencia al cargo público debido a su frustración por la falta de decisiones desde el Ejecutivo para atender esta situación. “He intentado hacerlos comprender, pero no quieren autorizar que esto se trate. No comprendo por qué. Este es un acto de desesperación, un grito de justicia. Yo tengo 45 años y quiero morir sin cáncer”, agregó.
Durante su llegada, Santos fue consultado por el respaldo de los legisladores de Moquegua. Respondió que, tras días de reflexión en carretera, comprendió que su lucha trasciende lo personal: “A todos les agradezco. Estas doce jornadas no han sido fáciles. Ahora sí le encuentro sentido a mi vida: sí se puede encontrar justicia por un río que no habla, pero es un río que nos da vida”, sostuvo.
El biólogo fue recibido con aplausos por autoridades y ciudadanos. Aun visiblemente agotado, aseguró sentirse físicamente fuerte y comprometido a seguir insistiendo para que las autoridades nacionales atiendan la contaminación en la cuenca del Tambo.



