lunes, 17 de noviembre de 2025
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La ‘premiumización’ redefine prioridades y hábitos del consumidor peruano

El acceso a información global, la expansión del comercio electrónico y el mayor contacto con marcas internacionales han elevado el nivel de exigencia.

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POR: LIC. ADM. DAVID DIEGO OVIEDO TURPO (ANALISTA DE EMPRESA, ECONOMÍA Y TIC)   

La “premiumización”, la preferencia creciente por productos y servicios de mayor calidad, valor agregado y estatus, se ha convertido en una de las tendencias de consumo más relevantes en el Perú durante el 2025. Este movimiento, que atraviesa categorías como alimentos gourmet, bebidas especiales, cosmética, moda, tecnología y turismo, refleja una evolución cultural: el consumidor peruano ya no busca solo comprar, sino vivir experiencias diferenciadas.

El acceso a información global, la expansión del comercio electrónico y el mayor contacto con marcas internacionales han elevado el nivel de exigencia. Hoy, incluso en un contexto económico desafiante, muchos consumidores están dispuestos a pagar más por productos que ofrezcan autenticidad, durabilidad, diseño superior o beneficios funcionales claros. Ya no se trata de lujo tradicional, sino de un “lujo accesible” que conecta con identidad, bienestar y estilo de vida.

Este fenómeno es impulsado especialmente por jóvenes profesionales, quienes valoran la personalización, la sostenibilidad y las experiencias. Para ellos, un café de origen, un plan de gimnasio boutique, una marca cosmética natural o un dispositivo tecnológico de alta gama “no son caprichos”, sino elecciones que refuerzan su narrativa personal.

Sin embargo, la premiumización también implica responsabilidades para las empresas. No basta con subir precios o usar un empaque elegante. El consumidor peruano de 2025 investiga, compara y cuestiona. Si una marca promete ser premium, debe demostrarlo en cada punto de contacto: calidad real del producto, coherencia del mensaje, garantía posventa, atención personalizada y responsabilidad ambiental.

En mi opinión, la tendencia seguirá creciendo, pero solo las marcas genuinas lograrán consolidarse. La premiumización no es apariencia; es confianza, diferenciación y propósito. El mercado peruano ya no perdona el sobreprecio sin valor agregado.

RECOMENDACIONES:

  • Para las empresas: invertir en calidad real, procesos sostenibles y experiencias memorables.
  • Ser transparentes con los ingredientes, el origen y los beneficios del producto.
  • Evitar la “premiumización vacía”: un precio más alto debe estar sustentado.
  • Apostar por la innovación continua y escuchar activamente a los consumidores.
  • Para los consumidores: evaluar si el producto justifica su precio y priorizar marcas con coherencia y buena reputación.
  • No confundir marketing con valor: la mejor compra es aquella que mejora la vida de manera tangible.

En conclusión, la premiumización en el Perú 2025 no es una moda, sino una nueva forma de consumir. Quienes entiendan que la calidad es más que una etiqueta tendrán una ventaja competitiva en un mercado que busca experiencias superiores y significativas.

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