POR: GUSTAVO PUMA CÁCERES
El proyecto de megapuerto de Corío, ubicado en la provincia de Islay, Arequipa, una obra destinada a redefinir el comercio en Sudamérica, representa una oportunidad histórica para transformar al Perú en el hub logístico del Pacífico Sur. Sin embargo, esta visión de progreso se encuentra hoy anclada en un complejo mar de disputas políticas, parálisis administrativa y serios cuestionamientos de gobernanza, colocando una iniciativa de importancia estratégica nacional en un estado de crítica incertidumbre. Su ejecución demanda una visión de Estado que trascienda gobiernos y priorice la competitividad nacional.
UNA PROMESA ANCLADA EN LA INCERTIDUMBRE
La ambición de Corío no es nueva. Durante años, ha sido el estandarte de un sur que busca capitalizar su privilegiada posición geográfica. El impulso cobró forma en 2022, cuando el Gobierno Regional de Arequipa (GRA), siendo gerente de Infraestructura el Arq. Mario Calderón y bajo el conocimiento técnico del Arq. Gustavo Puma Cáceres, firmó un convenio de cooperación con la Autoridad Portuaria Nacional (APN).
Este acuerdo fue un paso fundamental que condujo a la instalación de la Autoridad Portuaria Regional (APR) de Arequipa, una entidad diseñada para otorgar a la región un rol protagónico en la planificación y desarrollo del proyecto, un modelo de descentralización clave para una obra de esta magnitud.
Tras obtener una viabilidad técnica temporal en 2025, el Gobierno Regional solicitó sorpresivamente su suspensión por posibles vicios. Esto devolvió el proyecto a “foja cero”. Este vaivén evidencia una grave descoordinación entre el gobierno central y las regiones, generando una incertidumbre que ahuyenta la inversión necesaria para esta obra, dejando una promesa de progreso estancada. Por ello, se proponen los pilares fundamentales para convertir esta visión en realidad:
- POTENCIAL GEOESTRATÉGICO Y ECONÓMICO: LA LLAVE MAESTRA DEL PACÍFICO SUR
El proyecto del puerto de Corío representa la materialización de una visión geoestratégica que puede redefinir el posicionamiento del Perú en el mapa económico global. Su ubicación no es un dato menor: concebido como el terminal occidental del Corredor Bioceánico Sur, se erige como la salida natural al Pacífico para la vasta producción de Brasil, Bolivia y Paraguay.
La visión para Corío es que se convierta en el ancla occidental de un corredor logístico bioceánico. Conectado a la Carretera Interoceánica Sur y a futuras redes ferroviarias, crearía una salida directa y eficiente al Pacífico para la vasta producción de Brasil y Bolivia.
Este megaproyecto, con una inversión estimada de 7,000 millones de dólares, promete una revolución logística al reducir el tiempo de tránsito de mercancías hacia Asia de 45 días a apenas 25, catapultando la competitividad de sectores clave peruanos como la minería del sur y la agroindustria de Majes Siguas II.
Con una capacidad para 100 millones de toneladas anuales, Corío no compite con Chancay, sino que lo complementa, especializándose en carga a granel. Juntos, consolidarían al Perú como la potencia portuaria indiscutible de la región, un avance que, más allá de lo comercial, tiene una profunda dimensión geopolítica al atraer el interés estratégico de potencias globales.
- IMPACTO ECONÓMICO REGIONAL: MOTOR PARA LA INDUSTRIALIZACIÓN DEL SUR
La proyectada inversión de 7,000 millones de dólares en el puerto de Corío se postula como el motor definitivo para la industrialización del sur. Este megaproyecto no solo financiaría infraestructura portuaria, sino que dinamizaría sectores clave: abarataría costos logísticos para la minería arequipeña y sería la pieza faltante para impulsar agroexportaciones como Majes Siguas II hacia Asia, prometiendo miles de empleos.
No obstante, la magnitud de las cifras genera escepticismo. Un economista especializado advierte: “Un puerto así es bienvenido, pero las cifras deben respaldarse con estudios de demanda serios. Sin un análisis técnico, se corre el riesgo de inflar un proyecto que no atraiga a los inversionistas correctos”. La promesa de desarrollo choca con la necesidad de transparencia.
- VISIÓN DE PLANIFICACIÓN INTEGRAL: CONSTRUIR UNA “CIUDAD-PUERTO” SOSTENIBLE
El proyecto Corío trasciende la mera construcción de un puerto; es el detonante de una profunda transformación territorial. Su verdadero éxito no se medirá solo en toneladas movilizadas, sino en la capacidad de integrarse armónicamente con su entorno mediante una “Ciudad-Puerto” sostenible.
Esta visión integral, que planifica conjuntamente la infraestructura portuaria, el desarrollo urbano territorial y el cuidado ambiental, es fundamental para evitar el crecimiento caótico. El mayor riesgo no reside en la obra misma, sino en la falta de planificación de su entorno.
Si esta se descuida, las consecuencias podrían ser devastadoras: especulación inmobiliaria, presión extrema sobre servicios básicos y un severo impacto ecológico. Como señala el Dr. Mario Chong, profesor de la Universidad del Pacífico, Corío es una “oportunidad nacional y regional” para “llegar a nuevos mercados y a nuevos productos con costos logísticos justos”, pero su futuro depende de que un plan de ordenamiento territorial robusto y con financiamiento garantizado acompañe, desde ya, al proyecto portuario.
El éxito del “Puerto” está indisolublemente ligado al de la “Ciudad”.
- GOBERNANZA TERRITORIAL-PORTUARIA: TALÓN DE AQUILES DEL PUERTO DE CORÍO
La viabilidad del estratégico puerto de Corío se ve amenazada por su pilar más frágil: la gobernanza. El proyecto enfrenta una crisis de legitimidad luego de que la Autoridad Portuaria Nacional (APN) suspendiera en agosto de 2025 la viabilidad técnica, tras una solicitud del Gobierno Regional de Arequipa.
La controversia ha expuesto una profunda fractura institucional: el GORE alega el incumplimiento de un acuerdo para realizar un estudio de demanda previo a la adjudicación, mientras surgen dudas sobre la idoneidad del consorcio y el modelo de inversión. Frente a esto, la APN defiende la transparencia del proceso, aunque analistas advierten el riesgo de promover megaproyectos con cifras sobrestimadas y sin estudios serios que las respalden.
La lección es clara: para un proyecto de esta envergadura, la solidez del cemento de sus muelles debe ir de la mano con la solidez de su gestión. La viabilidad no se mide solo en metros de calado, sino en la transparencia de una gobernanza que evite los atajos institucionales, cuyo costo el país ya conoce.
UNA DECISIÓN DE PAÍS
El ancla del futuro del sur peruano sigue esperando, y la decisión de levarla o dejarla hundida en la burocracia definirá el horizonte del país para las próximas décadas.
Clave para el futuro del país, el puerto de Corío trasciende su naturaleza de obra de infraestructura para erigirse como una decisión geopolítica de largo alcance. Sin embargo, su promesa de desarrollo choca contra el estancamiento político y la pugna entre el gobierno central y el regional.
El camino exige superar estas disputas mediante un análisis de costo-beneficio independiente y riguroso. Solo con datos firmes y un modelo de gobernanza transparente se podrá definir su viabilidad real en una licitación impecable.
Esta es la única ruta para convertir el potencial de Arequipa y la Macro Sur en un legado de progreso sostenible para toda la nación.