La designación del Dr. Erick Valencia Ávalos como director del Hospital II de EsSalud Ilo continúa generando debate. Este lunes, el jefe de la Red Asistencial de EsSalud Moquegua, Dr. Daniel Sánchez Alarcón, salió a respaldar su nombramiento y señaló que lo que debe primar es la presunción de inocencia. Sin embargo, la polémica se mantiene, dado que Valencia enfrenta un proceso penal abierto por presunta colusión agravada en el caso de la Morgue de Chen Chen.
Consultado sobre la situación legal de Valencia, Sánchez manifestó: “Todos podemos estar investigados o denunciados, pero lo que prima es la presunción de inocencia al ser un principio constitucional”. Añadió que en el país “mucha gente acusa de frente y cree que uno es culpable al inicio”. Incluso reconoció que él mismo afronta denuncias e investigaciones.
Sobre el nombramiento en Ilo, explicó que la propuesta se originó a petición del sindicato local y que el médico pasó por los filtros administrativos correspondientes. “Si el doctor hubiese tenido algún antecedente policial o penal, obviamente no hubiese pasado el filtro; entiendo que no lo tiene. Lo que sí tiene es un proceso que, sí ha sido informado, lo que se determine no lo sabemos; eso ya es parte del Poder Judicial”, indicó.
ANTECEDENTES DEL CASO VALENCIA
La Unidad de Investigación del Diario Prensa Regional (UDI) advirtió que Valencia no ha quedado absuelto de los procesos judiciales que enfrenta. La Sala de Apelaciones de la Corte Superior de Moquegua declaró nula la sentencia que lo condenaba a cuatro años y ocho meses de prisión, no por reconocer su inocencia, sino porque el juez de primera instancia modificó la tipificación del delito. El tribunal fue claro: los hechos investigados configuran delito y dispuso que se emita un nuevo fallo por colusión agravada, cargo por el cual fue originalmente acusado.
En consecuencia, el médico continúa como procesado por corrupción, con un juicio pendiente que definirá su responsabilidad penal. Esta situación judicial sin resolver convierte su nombramiento en una decisión cuestionada, no solo por el impacto institucional, sino también por la indignación que ha generado en la ciudadanía.
Si bien no se pone en tela de juicio su calidad profesional en el ejercicio de la medicina, lo que despierta polémica es que, pese a mantener procesos abiertos desde su etapa como jefe de Medicina Legal del Ministerio Público en Moquegua, haya sido encargado de dirigir una institución clave como el Hospital II de Ilo, un cargo que exige no solo capacidad técnica, sino también solvencia ética y plena integridad.