jueves, 2 de octubre de 2025
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Los peligros de las ideologías [Parte II]

Las ideologías son el vehículo más fácil para ejercer la manipulación de las masas. La gente se deja llevar por relatos sin hacer un análisis crítico; simplemente la emoción guía su comportamiento…

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POR: MARIANELA ZEGARRA BECERRA

Desde la época de las cavernas, el hombre fue creando mitos y relatos para proporcionar significado ante lo desconocido y para dar cohesión al grupo, a las tribus o clanes familiares. A medida que los grupos fueron creciendo, se requirió de relatos más complejos para gestionar poblaciones mayores: relatos como las religiones para unificar comunidades diversas más allá de lazos familiares, para proporcionar identidad colectiva, legitimar la autoridad del líder y regular el comportamiento mediante normas morales.

Las ideologías son relatos que nacen en la sociedad moderna y son sistemas de creencias políticas y sociales. Tanto las religiones como las ideologías utilizan la emoción para conectar con los individuos, influir en su comportamiento y reforzar la adhesión a estos relatos. Las sociedades sin relatos serían difíciles de gestionar, ya que no se podría mantener la cohesión y la cooperación.

En la sociedad actual, las religiones han perdido significativamente espacio y han surgido ideologías que utilizan la emoción para formar comunidades e influir en el comportamiento de los individuos cohesionados por un relato, como la ideología “woke”, que tiene características de una religión.

Las ideologías son el vehículo más fácil para ejercer la manipulación de las masas. La gente se deja llevar por relatos sin hacer un análisis crítico; simplemente la emoción guía su comportamiento, hasta el punto de celebrar un asesinato por la creencia de que están librando al mundo de la maldad. Un ejemplo de esto es la Santa Inquisición en la Edad Media. El matar es aceptable porque uno cree en su causa; ese es el pensamiento de una mente ideologizada, tal como sucedió con Charlie Kirk, activista cristiano de 31 años que fue asesinado el pasado 10 de setiembre en el campus de una universidad en Utah, Estados Unidos, solo porque no compartía los valores de la ideología “woke” y polemizaba usando la Biblia y su fe cristiana.

La gente ideologizada celebra la muerte haciendo malabares mentales, deshumanizando a una persona que solo debatía, restándole importancia comparado con otras muertes como “los niños en Gaza”; pero la realidad es que enfocarnos en otras tragedias no elimina el asesinato de Kirk.

“No asesinemos el discurso; los que defienden el comunismo, por favor tráiganlo a la mesa, argumenten; se los ruego, tengan ideas contrarias a las mías”. Euge Oller

Imaginen vivir en una sociedad donde todos pensáramos igual; no habría aprendizaje ni creatividad.

“Aunque creo que tienes una idea terrible, defenderé tu vida. No nos matemos por las ideas”. Euge Oller

La muerte de Kirk ha desencadenado una respuesta colectiva que revela nuestra naturaleza tribal; la sociedad está polarizada en un tribalismo moderno. Hoy, en un mundo de 8 mil millones de personas, las redes sociales permiten tribus globales; los relatos se hacen virales, dividiendo la sociedad en bandos, fomentando lealtades ciegas, venganza y cohesión social, dejando en evidencia nuestro tribalismo latente y que, ahora, las ideologías nos convierten de rivales en enemigos mortales.

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