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11 agosto, 2025 4:22 pm

Disminuye la vacunación de niños a 71.4% según IPE

Un niño no vacunado enfrenta más episodios de enfermedad y un mayor desgaste inmunitario.

POR: DR. MARIO CORNEJO MEDINA

En los últimos cinco años, la cobertura de vacunación infantil en Moquegua ha sufrido altibajos preocupantes.

El punto más alto se observa en 2020 (85.2%), seguido de un descenso sostenido hasta 2023, donde se alcanza el nivel más bajo (58.3%). En 2024 hay una ligera recuperación (61.8%), y en 2025 la recuperación es más marcada (71.4%), aunque sin alcanzar los valores previos a 2021.

Primero, la diferencia entre el valor máximo (85.2) y el mínimo (58.3) es de 26.9 pp, lo que indica inestabilidad en la cobertura. La cobertura de vacunación infantil en Moquegua muestra un patrón de alta cobertura inicial, caída significativa durante y después de la pandemia, y recuperación parcial en los últimos dos años.

Sin embargo, el nivel actual (71.4% en 2025) aún está por debajo del umbral recomendado por la OMS (≥90% para la mayoría de vacunas básicas) y de los valores prepandemia. Esto implica que existe un riesgo de reaparición de enfermedades prevenibles y que se requiere reforzar las estrategias de vacunación, especialmente en zonas de difícil acceso y poblaciones vulnerables.

Las consecuencias de que un porcentaje significativo de menores de 36 meses no tenga sus vacunas básicas completas son múltiples y afectan tanto la salud individual como la salud colectiva.

¿Cuáles serían esas consecuencias directas en la niñez? Por ejemplo, mayor riesgo de enfermarse por enfermedades prevenibles. Infecciones como sarampión, tos ferina, poliomielitis, difteria y tétanos pueden reaparecer. Mayor probabilidad de complicaciones graves, hospitalizaciones e incluso mortalidad infantil.

¿Puede afectar al desarrollo integral? Claro. Enfermedades prevenibles pueden causar secuelas neurológicas (ej. encefalitis por sarampión), auditivas (meningitis por H. influenzae) o retraso en el crecimiento por infecciones repetidas.

Un niño no vacunado enfrenta más episodios de enfermedad y un mayor desgaste inmunitario, lo que afecta su capacidad de respuesta ante otras infecciones.

Si la cobertura baja del umbral recomendado por la OMS (90–95% según la vacuna), las enfermedades pueden circular nuevamente, afectando también a niños con problemas de salud que no pueden vacunarse.

¿Y cuáles son las clásicas consecuencias sociales y económicas? Por ejemplo, ausentismo escolar por enfermedad prolongada. Costos familiares por gastos médicos, transporte y pérdida de días laborales de los cuidadores. Impacto psicológico en las familias por el temor y estrés asociados a enfermedades graves en niños.

Análisis & Opinión