POR: MARIANELA ZEGARRA BECERRA
La frase “Los pueblos tienen los gobernantes que se merecen” exige una profunda reflexión acerca de quienes nos gobiernan y por qué nos gobiernan.
Un gobernante no es sino alguien que representa a los ciudadanos que conforman una nación. Es alguien que se engendró en el seno de una sociedad; por lo tanto, posee todos los vicios y virtudes característicos de ese conglomerado humano. Hablamos mal de nuestra clase política, elegimos al gobernante y a los congresistas, y meses después, cuando los actos de corrupción sobrepasan lo imaginable, estamos gritando: “¡Que se vayan todos!”.
Pero, ¿quiénes son? ¿Llegaron al poder por casualidad? La respuesta es no; los ciudadanos permitieron que llegaran a liderar los destinos del país a través de las elecciones. Por lo tanto, hay una responsabilidad, ya que fue el pueblo quien los eligió. Algunos pensarán: “Yo no voté por ellos”, pero esto no los exime de responsabilidad. Porque el conformismo, la apatía o la inacción de la mayoría, combinados con la acción de una minoría corrupta, pueden llevar al deterioro de todo un grupo social, sin que esto signifique que cada persona sea corrupta.
Aquí es importante señalar que no puede haber una descomposición social sin que exista un cierto grado de descomposición individual. Por ejemplo, en la antigua Grecia, Platón y Aristóteles discutían cómo la calidad de un gobierno dependía de la virtud y la educación de los ciudadanos.
“Una sociedad que tolera la corrupción puede reflejar que una parte significativa de sus miembros ha normalizado o aceptado comportamientos corruptos.”
Hace varios años se escuchan las voces: “¡Que se vayan todos!”. Sin embargo, si el corrupto le da trabajo a mi pariente, entonces yo callo y lo justifico diciendo: “Todos roban”.
El nivel de corrupción y descaro es tal que ya ningún político disimula, y nuestro sistema es tan deficiente que los tenemos de vuelta postulando en nuevas elecciones, mientras nosotros volvemos a repetir la misma cantaleta: “¡Que se vayan todos!”.
En 2016 elegimos a Kuczynski, y hasta 2021 tuvimos cinco presidentes: Pedro Pablo, Martín, Manuel, Francisco y Pedro. En 2019 disolvieron el Congreso, y los nuevos congresistas elegidos en 2020 vacaron al presidente. ¿A qué nos conduce ese círculo vicioso de disolver y vacar a las autoridades elegidas? ¿Acaso solucionamos algo? La solución no es que se vayan todos; la solución se encuentra en la sociedad misma y en los individuos.
En nuestra sociedad, la corrupción es vista como “parte del sistema”. Los votantes pueden tolerar o justificar líderes corruptos si perciben beneficios del sistema; a esto se le llama clientelismo político. Lo evidente es que, en campaña, la gente apoya a tal o cual candidato para obtener después un puesto de trabajo, sin importar de qué partido sea. Además, los partidos políticos son, en muchos casos, “vientres de alquiler” que nada tienen que ver con la ideología de sus fundadores. A la gente lo único que le interesa es que le den trabajo. Por eso, al político no le interesa iniciar proyectos de envergadura, sino aquellos que pueda concluir en un corto plazo, generando empleo y asegurando votos para su reelección.
¿Cuál es la solución al problema? Involucrarnos, exigir la rendición de cuentas, prohibir que candidatos con antecedentes de corrupción vuelvan a postularse, e implementar penas severas y disuasorias para los corruptos, incluyendo políticos, policías, jueces, fiscales y cualquier persona que acepte sobornos o pida coimas. Un caso ejemplar es Singapur, donde nadie duda de que la clave de su éxito económico radica en que empezó combatiendo la corrupción. Lee Kuan Yew, primer ministro de Singapur, quien inició estas reformas, tiene una frase que resume su visión: “Si quieres derrotar la corrupción, debes estar listo para enviar a la cárcel a tus amigos y familiares”.
Mientras no extirpemos la corrupción del aparato público, no podremos enfocarnos en políticas de crecimiento económico ni en el mejoramiento de la salud y la educación, que son la base para construir una nación con futuro.

