22 C
Moquegua
19.5 C
Ilo
21.1 C
Omate
22 C
Arequipa
20 C
Mollendo
29 mayo, 2025 4:32 pm

Política, economía e infraestructura: Claves para el futuro de Arequipa en elecciones 2026 (II)

Arequipa enfrenta una encrucijada crítica; su progreso depende de elecciones informadas, participación activa y cooperación multisectorial.

POR: MSC. MBA (C) – PMO ARQ. GUSTAVO PUMA CÁCERES

Arequipa, y sin temor a decirlo, es una ciudad en crisis de gobernabilidad. Siendo la segunda ciudad más importante del Perú, enfrenta una tormenta volcánica de problemas estructurales en vísperas de las Elecciones Municipales 2026. Según el Índice de Competitividad Regional 2024 (Instituto Peruano de Economía – IPE), Arequipa ha caído del 2° al 4° puesto en desempeño económico-institucional, superada por La Libertad y Cusco. Este deterioro no es casual y responde a una década de mala gestión municipal, caracterizada por obras públicas inconclusas, presupuestos, crecimiento desordenado (200 mil habitantes nuevos en 10 años sin planificación, INEI 2024).

  1. EL SISTEMA POLÍTICO

Arequipa atraviesa un colapso estructural. El escenario político sigue dominado por alianzas coyunturales antes que por proyectos de ciudad. Los partidos tradicionales (como Fuerza Popular, APP o Perú Libre) carecen de arraigo programático, mientras que los movimientos locales y regionales suelen reducirse a figuras personalistas.

Falta de planes de gobierno técnicos: la mayoría de aspirantes apela al populismo urbano (promesas de «más seguridad» o «arreglar las pistas») sin diagnósticos reales. Se suma el riesgo de continuismo y, si el próximo alcalde repite el modelo de obras inconclusas, Arequipa seguirá estancada. ¿Y la participación ciudadana? Es nula. Los mecanismos de rendición de cuentas (como los Consejos de Coordinación Local) son débiles, lo que facilita la opacidad.

La improvisación en la gestión pública es evidente: durante las elecciones de 2022, el 80 % de los candidatos no presentó diagnósticos técnicos ni planes de gobierno sustentados (Observatorio Electoral Arequipa), privilegiando discursos vacíos sobre propuestas concretas.

  1. ECONOMÍA

El preocupante estancamiento de Arequipa y su crecimiento económico están frenados por la ineficiencia. El reciente informe del INEI (2024) revela una paradoja alarmante: mientras la pobreza monetaria en Perú disminuyó del 29,1 % al 27,6 %, en Arequipa aumentó por tercer año consecutivo, pasando del 13,9 % al 15,8 %. Esto significa que 16 mil personas cayeron en pobreza en solo un año, agravando una tendencia crítica: en cinco años, el número de pobres en la región se triplicó (de 81 mil en 2019 a 252 mil en 2024).

Arequipa, pese a su potencial económico, no logra despegar debido a tres graves problemas estructurales:

Desaceleración productiva: sectores clave como agroexportación, construcción y turismo están estancados por excesiva burocracia y falta de incentivos, ahuyentando inversiones y limitando empleo formal.

Informalidad descontrolada: el 70 % del comercio opera en la informalidad, especialmente en el Centro Histórico, donde el comercio ambulatorio desordena la ciudad y reduce la recaudación municipal, perpetuando la falta de inversión en servicios públicos.

Inversión pública ineficiente: según la Cámara de Comercio de Arequipa, el 50 % del presupuesto municipal no se ejecuta por trabas administrativas, retrasando obras clave y frenando el desarrollo de infraestructura necesaria.

Este estancamiento no solo profundiza la pobreza, sino que amenaza el futuro de una ciudad que debería ser motor económico del sur del Perú.

  1. INFRAESTRUCTURA

Arequipa tiene déficit en todo: transporte caótico con un SIT desarticulado y que no funciona, falta de vías expresas y semaforización obsoleta. Según datos oficiales, el 45 % de las pistas están en mal estado (MTC, 2024).

En lo sanitario, el 42 % del agua potable se pierde por fugas en tuberías (Sedapar, 2023), un desperdicio inadmisible en un contexto de estrés hídrico creciente. A esto se suma que 25,000 familias en zonas urbanas carecen de acceso a redes de desagüe (INEI, 2024), equivalente al 15 % de la población urbana, una cifra que expone desigualdades persistentes y riesgos sanitarios. Los espacios públicos están abandonados: parques como Selva Alegre o el río Chili están degradados.

El Latinobarómetro 2024 revela que el 83 % de los arequipeños desconfía de sus autoridades, evidenciando una crisis de legitimidad que obstaculiza el desarrollo de la región. Las elecciones municipales del 2026 representan una oportunidad crucial para revertir esta situación. El futuro de Arequipa depende de tres acciones clave:

(i) Exigir candidatos con equipos técnicos (no caudillos populistas) que prioricen liderazgo competente sobre carisma vacío.

(ii) Votar por planes rigurosos con financiamiento transparente y mecanismos de rendición de cuentas.

(iii) Firmar un Pacto por Arequipa que integre al sector privado, universidades y sociedad civil para asegurar un desarrollo sostenible.

En conclusión, si el próximo gobierno municipal no establece alianzas con la empresa privada y la academia, Arequipa perderá competitividad frente a regiones como La Libertad o Cusco. Se requiere un liderazgo eficiente que impulse proyectos integrales y convierta desafíos en oportunidades.

Además, es urgente una reforma política que garantice transparencia en el financiamiento de campañas y exija metas verificables. La ciudadanía debe actuar: la indiferencia tendrá un costo irreversible. Arequipa enfrenta una encrucijada crítica; su progreso depende de elecciones informadas, participación activa y cooperación multisectorial para evitar el estancamiento.

Análisis & Opinión