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8 mayo, 2025 7:54 am

Cuentos que nos contaban

POR: NOLBERTO ARATA HURTADO     

Antes, en nuestros hogares, siempre había la sobremesa en que los padres o los abuelos contaban anécdotas, historias y más. De ellas recuerdo éstas que comparto con ustedes.

LOS GALLINAZOS

Cuando Dios creó a los animales, a cada uno le dio cualidades y funciones a desempeñar en la Tierra.

Al crear los buitres, les dijo: ustedes serán aves y todo su cuerpo estará cubierto de plumas, volarán alto y tendrán una vista y olfato prodigiosos para que puedan distinguir su comida desde la distancia y saber si están muertos. Vuestro pico será fuerte para penetrar cualquier piel, sus patas tendrán unas uñas muy duras, capaces de desgarrar.

Es así como los buitres en general, incluidos nuestros gallinazos, comenzaron a ser los limpiadores de todos los cadáveres que quedaban sobre la Tierra.

Sucedió un día que un gallinazo, desde kilómetros, divisó un burro “muerto” y, con sus compañeros, bajó de prisa para disfrutarlo.

En su ansia desmedida, para evitar la competencia, comenzaron el festín. Él se abalanzó a comenzar por el ano; ya había metido la cabeza dentro del animal. De pronto, otro, al picarle el ojo al burro, que no estaba totalmente muerto, provocó que, por reacción natural al dolor, este presionara con gran violencia el esfínter, y el gallinazo que estaba allí quedó prisionero. En el esfuerzo por retirar la cabeza, tiró fuertemente y allí perdió todas las plumas del cuello, que le quedó inflamado y algo arrugado hacia la cabeza.

Ese es el origen del porqué todos los buitres tienen tan singular aspecto, que ha sido transmitido a todas las generaciones y variedades.

¡Ah! Y lo más importante es que, en su genética, para evitar evento similar, aplican el mensaje:

¡Primero es el ojo que el cu…!

LOS PERROS

Dios dijo: pondré ángeles para que cuiden a los humanos en la Tierra, y les asignó los ángeles de la guarda espirituales. Dispuso, a su vez, que cada hombre podría tener para sí un ángel físico que lo cuidase, le diese afecto, fidelidad, comprensión, compañía, siempre esté a su lado sin reclamos ni malos modos… y creó a los perros.

Y los perros caminaban libremente por los campos, los bosques, acompañaban al hombre en las más diversas tareas, dándoles protección, seguridad, mostrando siempre alegría y felicidad.

De pronto, el hombre construyó casas y levantó paredes y muros, cercó y protegió sus propiedades, y el perro siempre estaba con él.

Cierto día, el perro, en su libertad, salió a dar un paseo y se le antojó orinar, pero, cuando lo estaba haciendo junto a una pared, lamentablemente esta comenzó a caer. El perro, gracias a su agilidad, escapó y salió ileso.

Esa experiencia negativa lo hizo pensar en tomar precauciones. El resultado fue que, las próximas veces que orinaría, pondría la patita contra la pared para evitar que le caiga.

Ese mensaje lo transmitió a sus congéneres a través de los tiempos. Por eso observamos que, al orinar, toda vez, el perro levanta una patita contra la pared.

Ya sabes el origen del motivo de su acción.

Análisis & Opinión