19.2 C
Moquegua
22.5 C
Ilo
15.7 C
Omate
20 C
Arequipa
20.4 C
Mollendo
6 mayo, 2025 1:52 pm

Nosotros los del C.N. de La Libertad [Parte VI]

POR: EDUARDO VEGAZO MIOVICH (PROMOCIÓN 1957)

Pero, en adición al haber retirado tal volumen y peso de materiales, nos llevó a descubrir, bajo ese montículo, unos inmensos subterráneos construidos con el mismo tipo de piedras de la edificación estudiantil.

Esos pasadizos son corredores que se desplazan en el subsuelo del Colegio y dicen que comunican a este centro de estudios —antiguo convento— con las iglesias más antiguas de Moquegua. Las paredes son edificadas con piedras de calicanto labradas al estilo y técnica de la época, con algunas figuras —en alto o bajo relieve— alusivas a los jesuitas y a la monarquía española de esos tiempos.

La parte superior era construida íntegramente con bóvedas de cañón cilíndrico, en la que se notaban zonas de filtración y fuerte olor a agua detenida o humedad; algunos murciélagos volaban sorprendidos, y, conforme se iba ingresando, la resonancia de nuestras voces, al rebotar entre paredes, nos producía cierto espanto; a la vez que la oscuridad se iba haciendo más intensa, a pesar del alumbrado de nuestras débiles linternas y velitas que portábamos. Así que lo más sano era no continuar avanzando por caminos desconocidos en precaución de cualquier accidente, derrumbe, presencia de gases acumulados u otros obstáculos, por lo que optábamos por retornar.

En algunas paredes de esos túneles encontramos una fila de cavidades o fosas pequeñas que formaban parte de la construcción, ubicadas a ambos lados y a algo más de dos metros de altura. Pusimos algunas piedras sobre otras para inspeccionar esas perforaciones y, pese a nuestras lóbregas lucecitas de mano, nos dimos con la sorpresa de que eran pequeños nichos, pues había, en cada una de ellas, unas cajitas de madera muy deterioradas por el tiempo transcurrido y, dentro de ellas, esqueletitos con huesos casi deshechos de niñitos o niñitas que no llegaban a más de dos cuartas de largo.

Pero de eso nunca se dijo nada, no se comentó ni dejaban comentar.

Pero siempre quedaron en nuestro pensamiento los interrogantes: ¿De dónde surgieron esas criaturas en un lugar eminentemente religioso? ¿Quiénes fueron los padres y… las madres? ¿Por qué todos de la misma edad?… ¿Eh?, ¿eh?… No es difícil de imaginar, ¿no es cierto?

Desandando sobre las huellas del largo camino trazado en 200 años (1825—2025), rendimos homenaje a los queridos profesores del postrero año de educación secundaria del Colegio Nacional de La Libertad (1957): Guillermo Luque, Nelson Barrera, Heberth de la Flor, Abelardo Castaños, Carlos Kihien, Carlos Tupayachi, Alfredo Amú, Juan B. Scarsi Valdivia, Ernesto Tapia Wasworth, Dr. Sandoval, Hermógenes Arenas y los sacerdotes Anselmo Chávez y Angeli.

Así como al personal administrativo: Gastón Bengoa, Victorio «Tololo» Badoino, Juan Yáñez, Lucho Trabuco, Nelson Amézquita, Maximiliano Juárez, Julio Risco, Elsa Candiotti, Walter de la Flor, Roma Acerbo, Luz Valdivia y Francisco Fala.

En las postrimerías de ese año (1957), nos cupo el honor de trasladar, con enérgica y respetuosa marcha y el brote de algunas lágrimas en los ojos y más en el corazón, el estandarte peruano del Colegio Nacional de La Libertad, hacia la flamante edificación de lo que después se llamaría GUE Simón Bolívar, conformando una escolta integrada por los alumnos del quinto año de secundaria: Jaime Chávez Valcárcel, Óscar Sosa Ascaño, Ricardo Herrera Chipoco, Ismael Pinto Vargas, Demetrio Vargas Vargas y Eduardo Vegazo Miovich.

Es preciso agregar que no existe un compromiso más importante y esencial para el desarrollo de nuestra patria, que la educación y la formación de los ciudadanos del futuro, quienes recibirán la responsabilidad de hacer de éste un mundo mejor.

El Colegio Nacional de La Libertad, que siempre será nuestro y estará muy adentro de nuestros corazones, no es sólo un recuerdo, porque ¿cómo puedo llamar «recuerdo» a algo que está presente siempre en mi corazón?

El 8 de setiembre del 2025, el Colegio Nacional de La Libertad, fundado como Colegio de Ciencias y Artes San Simón y hoy con el de Simón Bolívar, cumple dos siglos de existencia. Por tal motivo, quien les dirige este escrito y como integrante de la promoción del Colegio Nacional de La Libertad (1957), me enorgullece hacer llegar mi homenaje a todos quienes enseñaron y aprendieron a lo largo de ese tiempo, así como a quienes hoy enseñan y aprenden en ese «moqueguanísimo» centro del saber.

Análisis & Opinión