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10 marzo, 2025 11:31 am

Lima y el centralismo del Presupuesto Nacional   

Acabar con el centralismo limeño no es una tarea sencilla ni rápida, …

POR: MSC. MBA (C) – PMO ARQ. GUSTAVO PUMA CÁCERES (PLANIFICADOR URBANO TERRITORIAL Y PORTUARIA, GOBERNANZA TERRITORIAL Y GESTIÓN DE CIUDADES PUERTO) [ARTÍCULO EN COLABORACIÓN CON ARQ. DAYAHN RODRÍGUEZ CARAZAS]

¿Por qué el Presupuesto del Erario Nacional solo beneficia a Lima? Es conocido que el Presupuesto Nacional del Estado ha sido, desde hace décadas un tema de controversia. Lima, se ha convertido en el principal receptor de los recursos económicos generados por las diversas regiones, provincias y distritos del Perú, lo que ha generado un círculo vicioso de migración, centralización, desigualdad social, desigualdad urbana y territorial; Lima es y será un agujero negro que lo absorbe todo.

El Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2025 en Perú asciende a S/ 251´801,045,185.00, la distribución de este se presenta en el cuadro (Ver gráfico).

Esta situación ha provocado que las 25 regiones del país, especialmente Arequipa, Cusco, Puno, Moquegua, Tacna y Loreto, entre otras, ricas en recursos y con una economía productiva, reciban solo una fracción de los ingresos que generan. ¿Hasta cuándo las regiones y provincias seguirán recibiendo migajas mientras Lima concentra la mayor parte del presupuesto nacional? Es fundamental analizar los impactos de esta centralización y explorar alternativas para un desarrollo equitativo en todo el territorio peruano. Como menciona Richard Webb (2013) “la centralización del crecimiento económico en Lima ha generado una percepción de éxito urbano que, sin embargo, deja en el abandono a las regiones”, lo que contribuye a la sobrepoblación y al caos urbano en la capital y la desigualdad urbana y territorial.

La concentración de poder político, económico, social y cultural en Lima, sumada a un modelo económico basado en la explotación de recursos naturales y la industrialización, ha generado una profunda desigualdad regional, con un crecimiento mucho mayor en la capital que en el resto del país. La desindustrialización y el avance del sector servicios en los años 90 acentuaron aún más la brecha entre Lima y las regiones, reforzando las desigualdades, la dependencia del centro sobre la periferia en la toma de decisiones y las disparidades tanto entre regiones como dentro de ellas.

Cada peruano, empresario, poblador o profesional quiere encontrar mejores oportunidades, mejor calidad de vida, competitividad, desarrollo y tecnología para su desarrollo personal, es por ello que se genera la migración masiva de profesionales y pobladores, lo que refuerza la desigualdad de oportunidades y desarrollo entre Lima y las provincias.

Según las proyecciones del INEI, al 30 de junio de 2025, la provincia de Lima con sus 43 distritos, alcanzará una población de 10´432,133 de habitantes, representando el 30.4% de la población total del país. Es casi la tercera parte de la población concentrada en un solo punto, de los 1´285, 215,60 km² de la superficie del territorio peruano.

La corrupción es otro factor potenciado por la centralización del Presupuesto Nacional ya que facilita la malversación de fondos. En los últimos años diversos escándalos han evidenciado como altos funcionarios públicos han desviado millones de soles destinados a obras públicas, afectando directamente a la población más vulnerable. Casos como “Odebrecht”, “Lava Jato” y el “Club de la Construcción” han demostrado como el presupuesto estatal ha sido utilizado para beneficiar a empresas y políticos corruptos en detrimento del desarrollo nacional y del erario público.

Loreto representa un caso alarmante de olvido estatal, donde a pesar de ser una región clave en la preservación de la Amazonía por poseer una biodiversidad invaluable, su población enfrenta condiciones precarias debido a la falta de inversión en salud, educación e infraestructura, la falta de presencia del estado ha permitido el crecimiento de actividades ilegales como la tala indiscriminada, minería ilegal y el narcotráfico

Desde la fundación de la república y a lo largo de la historia de nuestro país, la descentralización ha sido un tema latente y una promesa incumplida. Sin una verdadera autonomía administrativa y fiscal, los gobiernos regionales y locales siguen dependiendo del poder central, lo que impide el desarrollo equitativo del país que imposibilita de reducir las brechas de desigualdad y generar oportunidades de desarrollo.

Esperemos que el sueño de la verdadera descentralización acabe con el centralismo limeño, que cada región administre sus propias riquezas, que prospere de acuerdo a su potencial. La descentralización del presupuesto nacional en el Perú es esencial para promover un desarrollo equitativo, fortalecer la democracia y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en todas las regiones.

Acabar con el centralismo limeño no es una tarea sencilla ni rápida, pero es fundamental para lograr un desarrollo equilibrado y sostenible en el Perú. Requiere un compromiso político, una visión a largo plazo y la participación activa de todos los sectores de la sociedad. La descentralización no solo beneficiará a las regiones, contribuye al crecimiento y estabilidad del país en su conjunto, sino que también aliviará la presión sobre Lima. ¡Urge ya la correcta y justa descentralización para el país!

Análisis & Opinión