POR: MARIANELA ZEGARRA BECERRA
El conflicto ruso-ucraniano es una guerra proxy; es decir, en realidad es un enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos. Su origen radica en la intención de extender la OTAN hasta Ucrania y el Cáucaso, en Georgia, y de establecer bases de armamento y sistemas de misiles estadounidenses a 1,200 km de la frontera con Rusia. En 2022, los rusos y Zelenski llegaron a un acuerdo de paz, pero la Casa Blanca saboteó ese acuerdo. Biden envió a Boris Johnson a Ucrania para presionar a Zelenski a romper el pacto de paz con Rusia.
La guerra es un negocio para las empresas de armamento; los grandes contratistas militares buscan incorporar más países a la OTAN con el objetivo de que acepten las especificaciones de la organización sobre armamento.
“Esto significa que ciertas compañías de defensa como Raytheon, Northrop Grumman, General Dynamics, Boeing y Lockheed monopolizan el mercado armamentístico. ¿Y quién creen que es el dueño de todas estas empresas? BlackRock.” Robert Kennedy Jr.
Los fabricantes mantienen contratos millonarios con el gobierno de Estados Unidos por períodos prolongados, a menudo de más de 50 años. Sin embargo, esto no es lo más grave; la guerra no solo representa un negocio armamentístico, sino que el mayor negocio vendrá después, al reconstruir todo lo que se ha destruido, como sucedió tras la II Guerra Mundial con el Plan Marshall para la reconstrucción de Europa.
“Tienen un plan para Ucrania. Estados Unidos prestará dinero a Ucrania, pero en realidad ese monto no irá para Ucrania, sino para la industria de defensa estadounidense. Dicen que no será un regalo, sino un préstamo para los ucranianos, ya que así podrán imponer condiciones; en primer lugar, un programa de austeridad extrema, y segundo, Ucrania deberá poner todos sus activos a la venta a las corporaciones multinacionales (los mismos dueños de las empresas armamentísticas), incluso su tierra destinada a la agricultura.
Ya han vendido el 30% de estas tierras y los compradores fueron DuPont, Cargill y Monsanto. ¿Y quién es el dueño de estas compañías? BlackRock. En diciembre pasado, el presidente Biden otorgó el contrato para reconstruir Ucrania. ¿Y quién obtuvo el contrato? BlackRock.
Ellos lo están haciendo ante nuestros ojos y no les importa que lo sepamos, porque tienen una estrategia: mantenernos enfrentados unos contra otros, odiándonos mutuamente, republicanos contra demócratas, negros contra blancos…” Robert Kennedy Jr.
Este conflicto, que comenzó en 2022, ha tenido un costo humano devastador; casi 500,000 jóvenes ucranianos han muerto por mantener esta tierra como parte de Ucrania. La pregunta es: ¿quién gana con esta guerra? Casi un millón de vidas humanas de ambos lados se han perdido o han quedado con discapacidades permanentes, madres que lloran a sus hijos, familias destrozadas por algo que pudo evitarse, pero que no se hizo.
¿De qué lado estar? Esa es la gran pregunta. ¿Quién es el villano en esta historia y en otras guerras? ¿Quiénes son los buenos y quiénes son los malos? La realidad es que en el mundo se juega un gran partido de ajedrez, donde se debe mantener el poder a cualquier costo.
Ese poder es lo que está detrás de cada líder, de cada presidente; es el poder de las élites corporativas que manejan el mundo de acuerdo con sus intereses, que no tienen nada que ver con valores como la vida o la paz. Cuántos peones o alfiles se pierdan es lo de menos; a nadie le interesa.