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22 febrero, 2025 10:03 am

José de la Mar y Domingo Nieto

Nieto siguió bajo el mando de este insigne militar, por todos reconocido como un ejemplo de honestidad, patriotismo y desprendimiento. Se convierte en su admirador y amigo. Tal era la estima que sentía por él que lo hace padrino de su boda.

POR: GUSTAVO VALCÁRCEL SALAS    

José de la Mar nació en 1778 en la ciudad de Cuenca, Audiencia de Quito. Procedía de una antigua familia de origen irlandés; el apellido se originó cuando a un antepasado, por las hazañas marítimas, se le concedió el título de duque de La Mar.

Fue enviado a España a seguir la carrera militar. Entonces la Península fue invadida por Napoleón. En las batallas en las que participó se caracterizó por su valor y extraordinaria actividad. Herido, sobrellevó la larga recuperación leyendo sobre política y filosofía.

Llega al Perú en 1815. Poco después le hacen la propuesta clandestina de deponer al virrey Pezuela, a cambio de encumbrarlo en la administración pública. Lo que rechazó. Se le encargó la defensa de la fortaleza del Real Felipe. Sitiado y falto de recursos rinde la plaza. San Martín lo incorpora a la causa patriota; se instala la Junta Gubernativa que hace presidente a La Mar; el Libertador se retira del país. Por las divisiones internas fracasan las campañas a Intermedios. Al llegar Bolívar, lo nombra jefe de la división formada solo por peruanos. Con ella brilló en Ayacucho.

Es en esta época cuando coinciden las vidas de Domingo Nieto y José de La Mar.

Nieto había luchado en Torata y Moquegua, en la nefasta segunda campaña a Intermedios y saboreó la victoria en Junín. A los 21 años peleó en Ayacucho como edecán de la Mar, quien en la relación de jefes y oficiales que se distinguieron, menciona a Domingo Nieto que más tarde recordaría con gratitud “a mí me tocó el honor de ser ayudante del general La Mar en esa batalla y fui testigo de lo que valía”.

La Mar es designado presidente en 1827. Entonces declara, “la constitución y las leyes serán reguladoras de mi conciencia”. Cuando se entera Bolívar dice «La Mar es el mejor hombre del mundo, porque es tan buen militar como hombre civil. Es lo mejor que yo conozco»; celebra que haya sido designado presidente «por sus altísimos méritos y cualidades era el único que podía gobernar el antiguo Imperio de los incas».

A La Mar, al convertirse en el primer presidente de la república, el gobierno le obsequia la hacienda de Ocucaje como reconocimiento a sus servicios prestados en las luchas por la independencia. Tuvo la grandeza de devolvérsela a su dueño a quien se la habían confiscado por realista.

En otra ocasión, dadas las condiciones del erario nacional, se pagaba el sueldo la mitad en monedas de oro y la otra mitad en cobre, a él le alcanzaron todo en oro. No lo aceptó, reclamó su pago como a los demás. Después se organiza en palacio de gobierno una fiesta en su honor, con los gastos asumidos por los fondos públicos; pidió que se lo descontaran de su sueldo.

Nieto siguió bajo el mando de este insigne militar, por todos reconocido como un ejemplo de honestidad, patriotismo y desprendimiento. Se convierte en su admirador y amigo. Tal era la estima que sentía por él que lo hace padrino de su boda. Al año siguiente se produce la fracasada invasión a la Gan Colombia, donde Nieto se destaca en la epopeya del Portete de Tarqui.

No tarda en ser depuesto la Mar; Nieto hace patente su enérgica protesta, actitud que lo lleva ser apresado unas horas por orden del golpista Gamarra. Esta es la primera vez en la que toma parte activa en la vida política del país.

Junto a José de la Mar, aprende a ser un militar que con el mayor desinterés personal debe estar al servicio de la ley, sin esperar ningún tipo de recompensa material. Ese sería su destino, esa fue su conducta el resto de su vida, combatir en defensa el gobierno legítimamente constituido, enfrentarse al trasgresor de la ley, luchar por la integridad de la patria, sacrificarse por la prosperidad de la nación, porque era consciente que la única garantía para lograrlo es por medio del orden, el que emana del respeto a la Ley.

Domingo Nieto, el Quijote de la Ley, también fue conocido como El Segundo Tomo del General La Mar.

Análisis & Opinión