POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA
Lo tenía todo, prestigio y poder, ambos ganados por una aparente decorosa carrera como Fiscal Superior Titular de Lavado de Activos desde el 2016. Pero eso no le era suficiente, pues Elizabeth Peralta quería más. Y lo obtuvo, aunque no como lo hubiera deseado. A inicios de septiembre pasado, una cándida entrevista televisiva al controvertido Andrés Hurtado destapó una dantesca trama de corrupción que ha comprometido las más altas esferas del Ministerio Público y del Poder Judicial.
Las declaraciones del polémico “Chibolín” propiciaron pesquisas del despacho de la Fiscalía de la Nación por los presuntos delitos de tráfico de influencias y de cohecho en agravio del Estado, descubriéndose que su “mami” (como dizque cariñosamente la llamaba a Peralta) habría gestionado la devolución de oro incautado a Miu Lei a cambio de US$ 1 millón, así como de recibir soborno por US$ 80 mil para actuar en contra de Paltarumi, adversario del citado empresario. Por esta razón, dos meses después de iniciado el escándalo, la Corte Suprema le varió el mandato de comparecencia por el de prisión preventiva hasta por 18 meses.
Y como si esta acibarada noticia no fuese suficiente, Marita Barreto volvió a ser el foco de atención. Y esta vez por intereses personales relacionados con el cargo desempeñado como Coordinadora del hoy desaparecido Equipo de Fiscales contra la Corrupción en el Poder (EFICCOP). Suspendida de sus funciones por 6 meses por haber revelado ante un medio de comunicación la identidad de un testigo protegido, en esta ocasión fue descubierta in fraganti pretendiendo vender una lujosa propiedad en un acomodado balneario al sur de la capital. El precio ofertado (aunque eso sí, dijo “a tratar”) era de US$ 500 mil. En el reportaje de Willax TV (aunque evidentemente ella no sabía que la estaban grabando) muy relajada afirmó que necesitaba transferir el inmueble, pues tenía que realizar un viaje fuera del país por tiempo prolongado. Lo sospechoso es que el valor del predio difiere con sus ingresos. Atendiendo a ello, la misma Delia Espinoza derivó la denuncia periodística al órgano correspondiente para el inicio de las investigaciones preliminares. El actuar correctamente, en ocasiones, resulta ser impopular, toda vez que uno suele granjearse enemigos, aunque al final siempre la vida da recompensas. Como suelen decir mis padres “caminar siempre con la frente en alto”. Tanto Elizabeth como Marita no lo hicieron. Actuaron soberbiamente, creyendo estar por encima del bien y el mal. Decían luchar contra los corruptos, y en apariencia se han comportado de manera muy similar.
A todo esto, Jorge Luis Borges solía decir que “hay que tener cuidado al elegir a los enemigos porque uno termina pareciéndose a ellos”. Ambas, pasaron de la gloria a purgar en el infierno.